Ni política, ni religión, ni fútbol
Libros / Óscar Sancho Rubio

Ni política, ni religión, ni fútbol

7 / 10
Rubén G. Herrera — 01-04-2021
Empresa — Desacorde Ediciones
Fotografía — Archivo

El líder de la veterana banda de heavy metal, Lujuria, Óscar Sancho, es un tipo socialmente activo. A veces, incluso aunque le pese en su carrera. A estas alturas, todo el mundo lo sabe ya: no solo mete el pie en cualquier charco; se enfanga hasta las orejas. Es el vivo retrato, como pocos quedan en este país, de un rockero comprometido.

El más reciente y mejor ejemplo lo vimos hace muy poco, en la iniciativa #Rockcontraelfascismo que promovió en redes sociales, junto a otro homóloga leyenda: el sevillano Fernando Madina, de Reincidentes. “El rock no está obligado a cambiar el mundo pero siempre será de agradecer cada granito de arena que aportemos en esa dirección”, comenta Fernando, en calidad de prologuista del libro presente. “En la búsqueda de la felicidad, prosigue, la cultura debe ser uno de los pilares fundamentales”, continúa.

Con un lenguaje de la calle que ni su revisora (la sindicalista Nuria Benito) ha querido trastocar, “Ni política, ni religión, ni fútbol” lo constituyen un conjunto de reflexiones publicadas en el canal personal de Facebook del artista segoviano durante los peores tiempos de la pandemia. Y es que, si se trata de conversar, debatir, o incluso discutir, Óscar es el mayor amante furtivo de la bella tradición perdida de la oratoria y el debate político más puramente de calle. Tan incansable es su actitud que en la pasada Feria Hispanolusa de Industria Musical en Zamora (uno de los escasos congresos culturales que hemos podido presenciar en el último año) ya nos confesaba: “perfectamente tengo material para otro libro semejante”. Se ha reencontrado a sí mismo, y ahora el letrista de las perversiones es ahora más bien un escritor de pensamientos “en caliente”. El doble sentido es válido.

Decía Aristóteles en su “Retórica”: “el que es incapaz o no quiere vivir en sociedad, porque tiene suficiente consigo mismo, debe ser o una bestia o un dios”. El último disco de Lujuria hasta la fecha, “Somos Belial” (19) era quizá eso precisamente: una llamada de atención al hecho de que nos estamos convirtiendo en completas bestias individualistas.

El libro arranca con un “Fin” y acaba en un “Principio”, inversión metafórica que nos adelanta la expurgación mental a la que estamos a punto de asistir cuando nos sumergimos en sus azarosas páginas, en su relato y crónica personal donde se intercalan cada una de sus facetas, la mayoría, enmarañadas en su devenir en la escena musical. La máxima aquella de Heráclito de que “nunca te bañas en el mismo río” está expresada aquí en cada uno de los temas sociales a los que Óscar decide señalar.

Esta pandemia la vimos venir mientras hacíamos bromas sobre si Ozzy Osbourne ya comía murciélagos y no le pasó nada y terminó por hacernos replantear nuestro lugar en el mundo. Todos notamos interna y externamente esa turbulencia, más tarde o más temprano, durante la primavera de 2020. Todos vimos cómo se venía abajo la curva del optimismo, pasamos por todas las fases, no ya del confinamiento, sino las fases emocionales, que parecía que nos estábamos enfrentando a las fases del duelo, tal y como las había descrito la psiquiatra estadounidense Elisabeth Kübler-Ross. El cadáver no era otro que nuestro modo de vida anterior. Y el efecto que causó el 2020 en Óscar fue la apabullante necesidad de hacer balance de lo vivido, de rememorar y agradecer a cientos de las personas que conforman su vida pública; y sobre todo, el confeccionar una “voz colectiva” del rock duro y el heavy metal en este país. Y aunque ahora parece que no debería ser para tanto (seguimos haciendo las mismas bromas, no hay día que en la primera línea de las redes no haya una buena cantidad de nuevos memes), o que eventualmente volveremos del todo a esa “vieja normalidad” (menuda pirueta eufemística), Óscar nos recuerda, Confucio mediante, que "si ya sabes lo que tienes que hacer, y no lo haces, es porque estás peor que antes”.

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