Violet Bent Backwards Over The Grass
Libros / Lana Del Rey

Violet Bent Backwards Over The Grass

7 / 10
Álvaro Tejada — 23-10-2020
Empresa — Simon & Schuster

“I once had dreams of becoming a beautiful poet”, cuenta Lana Del Rey en el monólogo que abre el videoclip de “Ride”. Ocho años han pasado desde entonces, y ahora la artista publica su primer libro de poemas, bajo el título “Violet Bent Backwards Over The Grass”. Un poemario que también ha sido lanzado como un audiolibro con la propia Lana recitando sus textos encima de la música instrumental de Jack Antonoff, productor deNorman Fucking Rockwell, su último disco.

Con “Violet Bent Backwards Over The Grass”, Lana Del Rey nos presenta una primera obra bajo su faceta como poeta que por unos momentos brilla y encandila, pero por otros deja algo que desear. Afortunadamente, los primeros reinan sobre los segundos, ofreciéndonos momentos muy interesantes y curiosos, sobre todo para los fans que la hemos seguido desde el principio.

Lana se abre totalmente en canal para contarnos, a veces a través de poemas y a veces de relatos en prosa, sus vivencias con pelos y señales. A medio camino entre la ficción y la realidad (o eso nos hace pensar), los textos están escritos con tanto detalle que son capaces de teletransportarnos al momento del que hablan. Conocemos el lugar donde transcurría la acción gracias a su descripción, la hora exacta que marcaba el reloj o las conversaciones que estaban sucediendo. Pero lo que impresiona sobre todo es la elegante y fina manera que tiene Lana de plasmar sus pensamientos sobre el papel de su máquina de escribir. Porque en “Violet” los poemas y relatos están impresos tal cual, en crudo. Con tachones, erratas y correcciones en bolígrafo incluidas.

Reuniones de alcohólicos anónimos, clases de piloto y navegación, anécdotas con médiums y muchos viajes en coche con el mar de fondo envuelven historias personales que hablan de sus ex amantes, su familia, su profesión y su visión de Estados Unidos e incluso de Donald Trump. Un libro abierto de lo que pasa por su mente y corazón que nos deja claro que ya no hay ni rastro de la imagen distante y fría de diva que un día los medios de comunicación decidieron construir alrededor de su nombre.

Al contrario que muchas otras mujeres dentro de la industria musical, nunca se ha cuestionado la labor de Lana en las composiciones de sus canciones. Y, por supuesto, ahora tampoco en sus poemas. La pluma de la autora de “Video Games” es demasiado personal y reconocible como para levantar sospechas dentro del grupo de escépticos que parecen saber más de sesiones de composición que nadie. Sin embargo, si algo se ha criticado mucho en torno a la figura de Del Rey es su supuesto afán por contar siempre, según algunos, las mismas historias una y otra vez: desamores, miserias y otras penas. Solo hace falta escuchar atentamente los últimos dos discos de Lana para saber que ese prejuicio es injusto y falso, pero, de ser verdad, ¿por qué no se critica de la misma manera a artistas masculinos como The Weeknd o Ed Sheeran, que también hacen lo mismo?

Preguntas que se responden solas aparte, una vez más Lana demuestra que, como bien dice en muchos de estos poemas, ha nacido para escribir. Sea de la forma que sea y le pese a quien le pese.

 

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