Seguramente ni se hayan leído el uno al otro y esto que voy a decir no sea más que una casualidad, pero disfrutando de este "La edad de plástico" (2023) me he acordado mucho de otro libro de formato e intenciones similares, como fue "Extravagantes" (2021), de Toni Castarnado, publicado hace justo dos años. Ambos abordan de forma sucinta el perfil creativo de un puñado de músicos de largo recorrido, casi todos marcados por la heterodoxia. Talentos de difícil clasificación, marcados (no siempre, aunque sí en la mayoría de los casos) por vidas abolladas, adicciones, malas estrategias comerciales y sonoros desencuentros con sus discográficas y con las expectativas que estas habían depositado en ellos. Hay aquí también muchos nombres de culto, desde luego (Jona Lewie, Sailor, Steve Harley), pero tampoco faltan luminarias tan conocidas como Paul Simon, Lana del Rey, Ramones, Sex Pistols, Lou Reed o David Bowie. Casi todas del siglo XX, aunque se cuelen algunas del XXI.
El libro de Ramón de España (Barcelona, 1956), en cualquier caso, recopila los artículos que este ha ido publicando en los últimos tiempos en Letra Global, el suplemento cultural del diario digital Crónica Global, y ese sesgo sintetizado de cada capítulo es uno de sus mejores activos, porque cada uno se lee como una pequeña píldora que, junto con las otras 99 semblanzas, da forma a una especie de recorrido por la historia de la música pop en los últimos setenta años. Resulta ameno y refrescante, aunque se recomienda leerlo de principio a fin: hay conexión evidente entre algún epígrafe y el siguiente.
El otro gran activo es la falta de pretensiones, el sentido del humor, el eclecticismo y el tono personal (sin resultar cargante, ni pedante, ni mucho menos aleccionador) que destila el veterano periodista barcelonés, quien tiene la virtud de saber sacarle punta a la obra los músicos sobre quienes escribe, al tiempo que los relaciona con su propia vivencia sin marcarse un insufrible egotrip. Músicos, en general, adscritos a ese “desespero agradable”, a esa melancolía que tan placentera nos resulta cuando se corresponde con la nuestra, y que el autor tan bien describe, salpimentando un recorrido que no deja de ser una vida explicada a través de la música. Puede parecer poco, pero es mucho.
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