Jantipa o Del Morir
Libros / Ernesto Castro

Jantipa o Del Morir

4 / 10
Luis M. Maínez — 18-03-2022
Empresa — Planeta | Temas de Hoy

Ni siquiera la inclasificable novela que acaba de publicar Ernesto Castro me hace dudar de su valía como escritor ni de que será el filósofo de referencia para el gran público de su –nuestra generación, como lo fueron Escohotado o Fernando Savater para la de nuestros padres. Tiene los conocimientos, la posición y la capacidad de trabajo como para desarrollar un sistema filosófico pleno y, al mismo tiempo, el instinto para hablar y escribir de aquellos temas que van marcando el ritmo de la sociedad de nuestro época, algo que ya ha probado en lo musical y en lo artístico con su libro sobre el trap, en sus “Memorias y Libelos del 15-M”en lo político o en sus acertados ensayos en “Ética, Estética y Política” en los que mira inteligentemente hacia cuestiones como el antiespecismo, o el feminismo y la misandria, que, sin duda, son y serán asuntos de debate público y privado durante los próximos años.

Sin embargo, “Jantipa o Del Morir”, la nueva novela (creo que la editorial y el autor se equivocan al presentarla como tal) de Ernesto Castro es un despropósito que no está a la altura de su trayectoria. Inspirada, por decir algo, en los diálogos platónicos, Ernesto Castro dibuja una situación tan poco creíble en el campo de concentración de Auschwitz, con personajes inverosímiles que ni siquiera responden al concepto de arquetipo, que el lector no consigue entrar en ningún momento en el mundo ficcional que presenta.

En “Jantipa o Del Morir” varias mujeres pasan una noche en la enfermería del campo de concentración para convencer a una filosofa judía convertida al cristianismo supuestamente, una santa para que cambie su lugar en las listas de la cámara de gas por un capataz judío sanguinario que aterroriza y abusa de sus iguales para lograr favores de las SS. La santa no quiere, acepta la muerte que le espera, y, las demás, que han sido instruidas a un alto nivel filosófico gracias a las clases de alemán y filosofía de la propia santa en el campo de concentración, la intentan convencer disertando y debatiendo durante todo el libro. Es una idea que no cuaja, y está desarrollada de forma poco estimulante. Las situaciones en las que se encuadran las distintas fases del debate son intrascendentes. Hay una pistola de Chéjov de juguete que se dispara por accidente y hiere la inteligencia del lector. Los perfiles del resto de nuestras protagonistas van desde una comunista judía que ha estudiado física con Schrödinger a una artista de variedades gitana que estudió filosofía gracias a un rico en horas bajas, que usó su biblioteca para pagar a la familia de ésta por sus espectáculos. O algo así. Es todo tan irreal y tan apresurado, y hablamos de personajes tan mal construidos, que es imposible retener la información de forma efectiva. El caso de Jantipa, que da nombre a la supuesta novela, es un ejemplo: a pesar de ser la narradora, es quizá la voz más irrelevante de todas.

 La confusión salpica “Jantipa o Del Morir” y no hay tiempo para la reflexión. A nivel filosófico se tratan temas de forma anacrónica y surrealista que te desconectan inmediatamente de lo que está pasando. O a setas o a Rolex. Además de mirar a Platón, Ernesto Castro debería repasar la poética aristotélica y el concepto de verosimilitud que el aprendiz de Platón convierte en pilar y que aquí brilla por su ausencia. No parece la novela de un autor que se está consagrando, sí la de un aspirante.

Me parece acertada, eso sí, la reflexión de las últimas páginas sobre los pecados de la pereza y la soberbia como los más graves y alguno de los chistes que se cuentan durante la interminable conversación a la que asistimos. La novela mejora al final. Todos los que escribimos tardamos en entrar en calor unos cuantos párrafos. En este caso hablamos de un centenar de páginas. Los diálogos platónicos que sirven a Castro como referencia no son un refrito de ideas elegidas, cogidas de aquí y de allí, sino la forma de desarrollar una forma de entender el mundo. Acertada o desacertada, pero profunda. “Jantipa o Del Morir” es un homenaje en agravio a uno de los pilares de la civilización occidental.

Y es que precisamente, la cuestión importante aquí, la que no se puede obviar, debido a la naturaleza del autor, debería ser el aspecto filosófico y el espacio-tiempo de reflexión y pensamiento que tendría que provocar el libro. La cita del “Fedón de Platón al final de la obra debe de ser una especie de broma interna del autor para demostrar que somos enanos en hombros de gigantes de forma explicita. Hay más pausa, invitación a pensar y, por supuesto, mejor prosa, en un par de párrafos del “Fedón que en las ciento veinte páginas previas. Lo bueno, eso sí, es que el libro es breve. Así que lo seré yo también. No quisiera ensañarme con alguien a quien admiro tanto, más de lo que ha hecho él consigo mismo.

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