El profesor A. Dońda

Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Stanisław Lem (Lwów, 1921), se reeditan varias obras del visionario autor de “Solaris” (1961). Entre ellas “El profesor A. Dońda”, disponible por primera vez en castellano gracias a la editorial Impedimenta y la colaboración del Instituto Polaco del Libro. Una novela corta publicada originalmente en 1973, que acoge un ininterrumpido relato –se aconseja leer sus apenas cien páginas del tirón– acerca de la distopía a la que ha llegado el planeta tras colapsar por un exceso de información que, a su vez, ha provocado la destrucción de todos los ordenadores del mundo.

El tomo concreta las aventuras (y desventuras) del profesor Affidavit Dońda, científico menospreciado por colegas y ridiculizado por publicaciones del sector que, contra todo pronóstico, da con un descubrimiento mayúsculo. El peculiar (desde sus orígenes) investigador trazó, no sin importantes dosis de casualidad, la que dio en llamar “Ley de Dońda”, prediciendo así ese colapso informático que se venía para los humanos. El devenir de los hechos viene narrado por Ijon Tichy, colega y amigo de Dońda, desde la cueva en la que se ha visto obligado a refugiarse espantado por un gorila que juega con explosivos (¡!) y afanado en registrar la historia en tablillas de arcilla, único medio del que dispone para plasmar su historia por escrito. “El profesor A. Dońda” es una novela ácida y cargada de humor negro que por momentos roza el descacharrante absurdo, manejada entre dos mundos destinados a difuminarse: el de la ciencia y el de la inventiva.

Todo en base a una premisa que el profesor asevera así: “Cuanto más sepa una civilización, más cerca estará de la ignorancia y del vacío”, en una ironía de fatales consecuencias. En una época como la actual, en la que la superabundancia de información en todas sus formas invita al caos y se manifiesta como uno de los males endémicos más evidentes (y parece que también insalvables) de la sociedad, “El profesor A. Dońda” luce con sorprendente vigencia. Un texto espectacularmente adelantado a su tiempo y capaz de generar cierta inquietud, al presentar (tras una excéntrica capa de humor) el que sería desplome de cualquier organigrama socio-político conocido.