¡Bienvenido Mr. USA!

No nos cansamos de repetirlo: bienvenido sea el actual aluvión de textos teóricos retrospectivos sobre la Historia del pop y el rock en nuestro país. Pocos sin embargo se han atrevido a acometer una labor arqueológica de la envergadura de Ignacio Faulín en este “¡Bienvenido Mr. USA!” subtitulado “la música norteamericana en España antes del rock and roll (1865-1955)”. Esa descripción sin embargo es bastante engañosa: las cuatrocientas y pico páginas que componen esta obra van mucho más allá de detectar la influencia norteamericana en la música popular de ese periodo, y en realidad conectan las influencias de diferentes oleadas musicales (desde luego las diferentes variantes del jazz y la música ligera que llegaban de USA, pero también el tango argentino, el son cubano, la canción mexicana, etc) en lo que podría considerarse la Edad de Piedra del pop (que no de la música popular) nacional.

Es además el suyo un trabajo que destaca por su profunda documentación, un detalle que se evidencia cuando, llegado el momento de glosar la bibliografía ésta ocupa diecinueve páginas de obras consultadas y, casi siempre, citadas o referenciadas a lo largo de la narración. Esto se traduce en una obra metódica a la hora de plasmar sobre el papel el desarrollo de casi un siglo de Historia de la música en España, con acontecimientos históricos tan determinantes (también en el desarrollo musical) como el establecimiento de la República, la Guerra Civil o los condicionantes culturales que la dictadura de Franco trajo consigo. Todo eso y también otros hitos en el terreno estrictamente musical como la aparición de la música grabada, o la popularización de la radio o el cine, lo narra el autor desde el punto de vista del historiado con un tono aséptico, siempre poniendo por delante la enumeración de datos antes que la opinión personal o incluso el propio flujo de la narración, y eso es así tanto a la hora de enumerar las apariciones en la gran pantalla de Conchita Piquer que cuando rememora el paso Dizzy Gillespie por Barcelona. Tal vez carezca del “tirón” de otras lecturas musicales del momento pero es un ejercicio impecable de recuperación y documentación de nuestras raíces.