Los que tuvieron la oportunidad de asistir a alguno de los conciertos de la gira en solitario de Eddie Vedder, presentando canciones de la b.s.o “Into The Wild”, amén de otros temas y versiones, sabrán que el repertorio de este concierto escogido, no es ni de lejos el mejor –demasiados temas de Bob Dylan y un aire patriótico enrarecido- aunque es innegable la calidad de la propuesta, lo acogedor del lugar –una gira entera en pequeños teatros- y el magnetismo elevado a cien de Vedder en las distancias cortas. Sin duda, el encanto de piezas como esta residen en la posibilidad de ver a alguien tan tradicionalmente esquivo y arisco como el líder de Pearl Jam, en el camerino, surfeando, partiendo cocos en Hawaii o contando chistes malos mientras, inequívoco, se tapa media cara en arranques de timidez. Eso, por no citar que una hora y media de canciones destripadas de acompañamiento alguno –solo voz y guitarra o ukelele- pasan en apenas un suspiro. Y como siempre, te quedas con ganas de más.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.