Au Revoir Les Enfants

Aunque originalmente viese la luz el pasado año, es ahora cuando el nuevo disco de los valencianos Uke se publica en (necesario) formato físico, en lo que no es sino un acto de pura justicia perpetrado por Discos Belamarh. Porque "Au Revoir Les Enfants" (Belamarh, 22) es una obra magnífica que no podía quedar limitada solo al streaming y reclamaba un formato físico de mayor calidad, además de tan tangible como la misma emoción puesta por los autores en las diez canciones del álbum.

La dupla formada por Roberto Martín y Laura Soriano completa un disco a medio camino entre el pop más introspectivo, el country desértico y el folk, en una textura protegida por una perenne capa de elegancia, sentimiento y extrema delicadeza. Es el mismo efecto que sirve de argumento principal del viaje, propiciando un elepé precioso, en la línea de otros cirujanos emocionales de precisión como Nacho Vegas, Ricardo Lezón y sus McEnroe o Elle Belga. Tras la evidente referencia del título a Louis Malle, el disco esconde una secuencia sedosa y desarrollada con calma y exquisito gusto, hasta concretar un conjunto de canciones de fuerte personalidad e identidad conjunta. El lanzamiento se abre con esa apropiada introducción instrumental que es “Solaris” (mientras remite a alguna película de Win Wenders), antes de dar paso a destacadas entre el romanticismo y el misterio como “La Culpa”, la impecable “Coltrane”, “La destrucción o el amor”, el single “El tiempo de los regalos”, “Adiós muchachos” o la propia “Au Revoir Les Enfants” que da título al asunto ejerciendo como cierre al piano. Una selección que deja a su paso valiosos ecos a los Tinderticks más pausados, Bill Callahan o los Lambchop de Kurt Wagner.

El dúo es capaz de compartir enfoque con poética fidelidad, concretando la empresa en canciones de formas intachables que, turnadas en las voces de ambos autores, arropan al oyente con su calidez. Tras el buen sabor de boca dejado por su anterior larga duración, "Nuevos fracasos" (1651520 Records, 18), Uke se confirman con "Au Revoir Les Enfants" (Belamarh, 22) como una de esas formaciones dotadas con especial sensibilidad y que, bajo ningún concepto, debería pasar desapercibida.