He aquí a un grupo de múltiples referentes. Que sí la Beta Band, que si Mercury Rev o Flaming Lips electrónicos, que si Manitoba, que si los Beach Boys (época “Smile”, supongo) pasados por el filtro Warp... Para los amantes de las influencias (he aquí un tópico, pero haberlos háylos), yo añadiría unos muy evidentes: Super Furry Animals. Y ya lanzados, hasta los momentos más pop de los ambientes de Hood.
En realidad, tanto nombre para describir un disco de debut da para pensar que el contenido carece de personalidad. No es así. Quizá de lo que adolezca es de originalidad (a quién no le pasa, en los tiempos que corren) y de un exceso de azúcar en algunos pasajes, pero este primer trabajo (en realidad una compilación de sus primeros singles y ep´s) del colectivo anglo americano, de filiación indie convencida, hará completamente felices a todos aquellos apuntados a la moda actual de revisitar y actualizar lo que hacían los Byrds, The Band o Brian Wilson. Es decir, psicodelia campestre, pero diluída tecnológicamente y barnizada de hastío existencial contemporáneo. Bonito, intenso y lujoso, pero su rollo empieza a estar más visto y sobado que Björk.
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