The Thresingfloor
Discos / Wovenhand

The Thresingfloor

8 / 10
Toni Castarnado — 09-07-2010
Empresa — Glitterhouse Records/Nuevos Medios
Género — Rock

A David Eugene Edwards se le fue un poco la pinza con la grabación de “Ten Stones”, un disco más arriesgado, novedoso, que en su momento fue recibido con los brazos abiertos por todo el mundo, pero al que el paso del tiempo se ha ocupado de poner en su justo lugar. Los experimentos, dicen, mejor con gaseosa. Después de expresarse con una libertad que le llevaba de los pasajes ambientales al ruidismo más gratuito, Edwards vuelve a la cueva de la que nunca debió salir. En “The Threshingfloor” vuelve a aflorar el músico torturado, místico, abrupto, ese que no deja espacio para el sosiego. El resultado es un disco sólido como un peñón, como un muro de hormigón. El artista nos lleva a enfrentarnos al lado más oscuro de su música y de nuestras maltrechas vidas, con Dios prácticamente presente en la práctica totalidad de sus canciones. Por el camino se muestra espiritual, denso y enigmático, moviéndose entre lo bello y la degradación del ser humano. Para conseguirlo se rodea de una sección rítmica que funciona como un reloj y un banjo que aporta todos los matices que uno pueda imaginar. Y además, como postre justo cuando no lo esperas, un guiño a 16 Horsepower, con la esperanzadora y optimista “Denver City”. Camino del culto, sí señor.

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