The Phoenix Suburb (And Other Stories)
Discos / The Woodleigh Research Facility

The Phoenix Suburb (And Other Stories)

8 / 10
Raúl Linares — 29-01-2016
Empresa — Rotters Golf Club
Género — Electrónica
Fotografía — Archivo

The Woodleigh Research Facility es el nuevo proyecto de Andrew Weatherall y la artista multidisciplinar Nina Walsh. Mientras que de Weatherall poco más podemos añadir – quien necesite más información que busque un poco por la red y observe su relación con el sello Warp en los años noventa por medio de sus proyectos The Sabres of Paradise y Two Lone Sworsdmen; con Primal Scream como productor de sus mejores discos y como DJ/productor gurú en estos últimos años, con parada obligatoria en su proyecto The Asphodells -, de Nina deberíamos apuntar que es una artista multidisciplinar, aparte de colaboradora habitual de Andrew y del grupo The Orb desde los años 90.

Hay que avisar sobre esto antes de nada porque quizás lo que uno tenga preconcebido sobre lo que va a escuchar puede que difiera bastante de la realidad. Si uno espera un disco al uso de Weatheral -de electrónica oscura, orientado a la pista de baile (un baile más bien lento, eso sí) y temas que puedan sonar en algún club a una hora indeterminada- mucho me temo que se llevará una pequeña decepción. Pequeña porque evidentemente su toque se deja notar, con toda esa suciedad y ese estilo post-punk que le caracteriza, pero sin un beat marcado, sin un bombo a negras que guie al tema e incite al baile, si acaso a un baile a veces espasmódico y muy bizarro.

Todo esto está dividido en ocho temas de minutaje generoso, en los que entre toda esa maraña de sonidos, exabruptos y experimentos, se observa un trabajo de arqueología de sintes y cajas de ritmos de todas las épocas que tira de espaldas y que trae a la cabeza la imagen de un Weatherall encadenando cigarros mientras trastea en algún sinte vetusto en busca de algún sonido que le motive. “The Phoenix Suburb (And Other Stories)” es un disco conceptual que no tiene ningún tema destacable, va más bien por momentos; es arqueología electrónica llevada al vinilo (doble LP de edición limitada a 1.000 copias) y es un disco que al principio choca, ya que su sonido a veces parece naif y desordenado, pero que tiene tantos aciertos dentro que hacen que vuelvas a ellos de vez en cuando y que volvamos a quitarnos el sombrero ante este gran e inusual productor. Él es de ese tipo de artistas que a veces no dan lo que uno espera, pero eso que ofrece suele casi siempre algo único y original, y eso, a estas alturas de la jugada, ya es mucho.

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