Segundo trabajo de esta cantautora de Ohio producido con mano dura, al igual que el primero, por la cabeza pensante de los Black Keys, Dan Auerbach. Un hecho que debería ser suficiente para prestarle atención, y una atenta escucha, al trabajo de esta joven de veintiún años. No te decepcionará. Comparada por la prensa extranjera con Cat Power o incluso Neko Case, a mi se me antoja mucho más próxima, en lo musical, a Laura Veirs, además de compartir con ella un imagen de mosquita muerta, muy alejada del sex appeal decadente de Chan Marshall o incluso de la pelirroja de virginia. Pero eso es lo menos. Lo realmente importante son las once canciones de indie-folk decadente y crudo con la que nos ha regalado de nuevo, y la somera pero precisa sonoridad de un disco que se cuela por el patio trasero, pero se instala. Y lo hace, sobre todo, gracias a canciones como “Blue Skies Again” cuya sensatez compositiva resultona y pegadiza te atrapa; también por la ausencia de prejuicios en el ritmo tontorrón del casiotone de “Grown Man”, cuya inmediatez te enamora; o la trepidante guitarra de la intensa “Blue Skies Again”. Si a eso le añades frases tan lapidarias como:”No voy a dejar que el odio sea el que me desnude para ti”, y que en general la lírica contenga una más que evidente carga sexual algo tempestuosa, pues habrá que tenerla en cuenta.
Hot damn, loiknog pretty useful buddy.
In awe of that anwres! Really cool!