SOS
Discos / Sza

SOS

8 / 10
Sergio Ariza — 15-12-2022
Empresa — Top Dawg Entertainment
Género — R’N’B

En medio de un mes poco dado a las novedades discográficas, perdidas entre recopilatorios navideños y las listas de lo mejor del año, SZA ha decidido publicar “SOS”, la esperadísima continuación de uno de los discos más relevantes de la última década, “CTRL”, un trabajo que no ha abandonado ni una sola vez el Billboard 200 desde su publicación hace ya cinco años.

Parece un movimiento claro de una artista que ha decidido pasar de la industria y el estrellato y reivindicar sus raíces lo-fi en un disco doble en el que cabe de todo, de trap a pop punk, todo ello bañado con una de las mejores voces del R&B del Siglo XXI. “SOS” es un disco ambicioso e irregular, una monumental obra de R&B alternativo a la que le hubiera venido bien unas tijeras pero que en su amplitud también tiene uno de sus atractivos.

Y es que con este disco la artista se desinhibe completamente de las enormes expectativas que había puestas en ella, liberada de presiones decide sacar lo que le da la gana y hasta coquetea con la posibilidad de que sea su último disco. Uno que suena exactamente a eso que dice en "Seek & Destroy", "Ahora que lo he arruinado todo, soy tan jodidamente libre", una frase que se puede aplicar a una de sus muchas relaciones rotas pero también a su relación con la industria discográfica.

Claro que si su maravillosa voz sigue siendo su punto fuerte no podemos olvidar que estamos ante una letrista con mucha garra, volviendo a dejar una buena cantidad de frases que tienen toda la pinta de inundar Twitter y demás redes sociales, como cuando bromea con que ha asesinado a su ex novio en "Kill Bill": "Acabo de matar a mi ex, aunque todavía le quiero, prefiero estar en el infierno que sola", o cuando declara "Estoy jodiendo, no voy a hacer el amor nunca más".

Entre las canciones más destacadas podemos hablar de “Kill Bill”, una canción increíble, posiblemente mi canción favorita del disco, con una melodía increíble y un estribillo devastador, “Love Language” es otra de las canciones a destacar, con un precioso arreglo de cuerdas sirviendo de punto final y dando la bienvenida a los arpegios acústicos, como si fueran de Elliott Smith, de la preciosa “Blind”, su voz aterciopelada acompañada por poco más que esos arpegios y unas ligeras cuerdas. Otro de los claros momentos álgidos del disco llega con “Ghost In The Machine”, su colaboración con Phoebe Bridgers en las que las voces de ambas combinan a la perfección.

“F2F” es básicamente su canción Avril Lavigne, un tema pop punk no especialmente brillante pero que da paso a otro de los mejores momentos del disco, esa preciosidad llamada “Nobody Gets Me” que parece comenzar con los acordes del “Fade Into You” de Mazzy Star, aunque su voz la convierte en algo totalmente propio, y es que es evidente que esta cantante da lo mejor de sí misma en los medios tiempos como este. Al final del disco están reunidos los sencillos de adelanto del disco, "Shirt", con sus tonos agridulces en los que su voz suave como la miel se pasea al ritmo lento de la canción, hablando de traiciones y la perenne búsqueda del amor propio, temas totalmente suyos. Mejor todavía es "Open Arms", que no ha sido sencillo pero debería, y cuenta con la colaboración de Travis Scott que ya había aparecido en una de las canciones más recordadas de “CTRL”, “Love Galore”, eso sí, la canción le pertenece al 100% a su increíble voz, de nuevamente acompañada por una suave guitarra y unos todavía más suaves coros.

Luego llega "I Hate U", otra canción de ruptura, una de las especialidades de la casa, que nos lleva a la maravillosa "Good Days" la canción que primero escuchamos de este trabajo en 2020. Dos años después suena a clásico absoluto. Para el final recupera unas viejas grabaciones del desaparecido miembro del Wu Tang Clan, Ol' Dirty Bastard, con un potente 'beat' sobre el que mezcla canto y rap, lanzando un comunicado final de audacia, osadía y un absoluto sentido del propósito.

Como la gran mayoría de los discos dobles “SOS” es autoindulgente y podría ser recortado, como la mayoría de ellos también es un verdadero gozo para los seguidores más acérrimos, aquellos en cuya lista de mejores canciones de su artista favorito aparecen tres caras B, un par de temas no lanzados y esa canción en la que nadie se fija del disco que pasó desapercibido. No alcanza las cotas de “CTRL” pero libera a la artista de su alargada sombra y puede que el tiempo sea bueno para él, pudiendo llegar a convertirse en el favorito de los fans.

 

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