Sorry You Couldn’t Make It
Discos / Swamp Dogg

Sorry You Couldn’t Make It

7 / 10
Kepa Arbizu — 06-03-2020
Empresa — Joyful Noise
Género — Soul

Si hay algo que ha caracterizado, entre otras cosas, la carrera de este legendario músico de soul es la imposición de una fuerte personalidad y en definitiva la determinación por tomar el camino que ha considerado oportuno en cada momento. Una actitud que en no pocas ocasiones se ha convertido en un auténtico incordio para una sociedad pacata e hipócrita como la estadounidense, lo que probablemente haya conllevado que algunas de sus obras de más calidad no lograran alcanzar las cotas de popularidad y representatividad que se hubieran merecido, postergándolas así a una involuntaria condición de semiculto.

El paso del tiempo no parece que haya trastocado la manera de actuar del casi octogenario Jerry Williams Jr., nombre original de quien se transformaría en el ácrata y desvergonzado Swamp Dogg, pseudónimo que en los últimos tiempos ha vuelto a desenterrar el hacha de guerra. Y es que ni el largo transcurrir de los años ni el vaivén de las modas han erosionado su atrevimiento, porque si hace escasos dos años le vimos regresar a lomos de un álbum (“Love, Loss and Auto-Tune”) en el que coqueteaba con los sonidos electrónicos, el recién editado “Sorry You Couldn’t Make It” se deja caer en manos de los relacionados con el country. Terrenos que pese a su supuesta divergencia compartirán un idéntico productor, Ryan Olson, uno de los muchos nombres que tomarán parte en un álbum que acumula una pléyade de colaboradores que simbolizan, conscientemente o no, todo ese proceso histórico que ha acompañado al género, desde John Prine a Justin Vernon (ya primordial su presencia en la anterior referencia) o Sam Amidon, por citar solo algunos.

Hay en este regreso puesto en marcha por Swamp Dogg a sus raíces artísticas, no olvidemos el evidente acento sureño con el que carga toda su carrera, un ingrediente pasional evidente. La traslación de esas texturas campestres hacia su identificativa propuesta significa a su vez dirigir la mirada hacia lo más hondo y esencial de los diferentes lazos afectivos que le amarran a la vida, haciendo a la postre del amor, en sus diversas acepciones y manifestaciones, el eje central del grueso de las canciones aquí recogidas. Precisamente por eso el disco se desenvuelve mejor en ese tipo de composiciones lentas y desgarradas, en las que de forma más nítida puede tomar cuerpo ese cariz íntimo y de paso emparentarle a otras leyendas -porque él también lo es- como Solomon Burke o Sam Cooke. En esas tesituras, la instrumentación metálica y penetrante de “Sleeping Without You Is A Dragg” la empuja a navegar triunfante en un océano emocional, estado que ya no abandonarán otras delicias como la reflexiva actualización de la muy pretérita “Don't Take Her (She's All I Got)”, coescrita con Gary U.S. Bonds, o la impresionante desnudez de “I Lay Awake”, donde a estas alturas la quebrada voz intérprete apuntala su profundidad. Menos ortodoxas en su ejecución, pero igualmente resolutivas a la hora de sobrecoger al oyente, resultan los versos casi recitados sobre piano, transformados en honestas confesiones, de “Billy” o la psicodélica balada "Memories”, un vuelo etéreo junto a otro excelso veterano, John Prine.

Que indudablemente el material pesado del disco recaiga sobre este tipo de estructuras más introspectivas y crudas ni mucho menos quiere decir que debamos apartar aquellas que elijan otro desarrollo. Sería un error imperdonable en ese sentido no pararse también a extraer el jugo y disfrutar de los repuntes –principalmente en la faceta acompañante– blaxploitation de una todavía muy sensible “I'd Rather Be Your Used To Be” o de los ritmos funk que serpentean en la delicadamente melódica “Good, Better, Best” o que adquieren un tinte brumoso en la trepidante “Family Pain”.

Con “Sorry You Couldn't Make It” este viejo y crápula cantante de soul decide permitirnos el paso hacia su foro más íntimo, allí donde se encuentran sus anhelos, sus amores o sus angustias, en definitiva todos esas férreas vinculaciones a la vida y a su gente. Un territorio a veces disimulado por ese espíritu insolente y sarcástico que aquí sin embargo se nos expone en todo su esplendor y franqueza, siendo la muestra inequívoca de la todavía intacta capacidad de conmover que mantiene su música.

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