“Habíamos declarado a Maniática y Banda Jachís en coma inducido”
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“Habíamos declarado a Maniática y Banda Jachís en coma inducido”

Jesús Casañas — 11-06-2024
Fotografía — Archivo

Los seguidores de Maniática están de enhorabuena. Como parte de las celebraciones de su vigésimo aniversario, el sello Kasba Music reedita en formato vinilo “El lado oscuro”, el tercer álbum de la banda, publicado originalmente en su día por El Lokal en casete en 1992 y reeditado después por Illa Records en CD en 1998.

Esta nueva edición ha remasterizado aquellas legendarias canciones (“Color de corazón”, “Lo que nos queda”, “Eres libre”, “Poder”...) para que puedan ser escuchadas por primera vez con nuestra aguja. La excusa perfecta para recordar junto a Javi Chispes (cantante, guitarrista y compositor de esta legendaria banda de Villena) la gestación de uno de los discos de punk rock más importantes de nuestra historia, y preguntarle de paso por su nueva vida junto a Reincidentes.

Para contextualizar, “El lado oscuro” es el tercer disco de Maniática. Viri ya se había ido después del primero, “Vitaminas A”, convirtiéndote a ti en el cantante. Después sacáis “Maniacrítica”. En esta época deja también la banda Amador, con quien grabaste tú también todas las guitarras. ¿Fue más estresante de lo normal?
La verdad es que no. Veníamos ya de trío, un año entero con Pakote. Chato y Amador (batería y guitarra respectivamente, además de hermanos) se fueron a la mili, y en ese tiempo hicimos trío. Las canciones no tenían la misma fuerza que a dos guitarras, pero llevábamos una temporada ya así con Chato, y cuando se fue a la mili con su hermano, al entrar Pakote estuvimos de trío una temporada, con lo cual eso nos llevó a llevar el trío para adelante sin preocuparnos por una guitarra de apoyo.

Las canciones entonces estaban pensadas ya así, para defender en trío…
No, no creas. De hecho en el disco aparecen dos guitarras, no es un disco de guitarra-bajo-batería. Aparece una guitarra de apoyo sencilla, básica, y luego los adornos y tal. Amador cuando vuelve de la mili ya como que estamos más desconectados. Él tenía ya otros planes de vida, un cúmulo de circunstancias también, más desapegado. Y entonces seguimos como trío. Con este formato hicimos La Furia en el 93, que también era dos guitarras, una de apoyo. Y cuando hicimos “Pero que no sea el último paso” (1995) también el mismo trío, haciendo yo las dos guitarras. ¡También lo hizo Leño! [risas].

“Al llevar “Redemption song” al punk me quedé un poco pillado: “Hostias, qué guapa””

Cuenta la leyenda que grabaste las guitarras metido en un cuarto de baño.
Sí. Se metió el amplificador en un aseo que había en el estudio, por la resonancia que tenía, como una reverb corta muy graciosa. Al final se grabaron todas las canciones con ese efecto, le dio una personalidad propia al disco. Igual era un poco cargante, porque era un efecto que no se podía quitar. Las bases están grabadas así, los punteos también así más los efectos que llevasen… Es un detalle, igual hay gente que no tiene el oído para percibirlo.

Y os pilló en pleno cambio de baterista, se iba Chato y entraba Pakote. Se repartieron la grabación de los temas, cada uno los que había tocado más.
Exactamente. Chato tocó en más porque había estado más tiempo en la banda, y tenía controlados más temas. Participó más, a sabiendas que a la vuelta ya se quedaba fuera de Maniática. Por decisión propia también, ya se quedó Pakote definitivamente.

Todo se grabó en Estudio Central, Sevilla, con Carlos, el técnico de sonido de Reincidentes, en la mesa de mezclas. ¿Viene de allí vuestra relación con el grupo?
A finales de 1990 coincidimos en un concierto en Almería. Se suspendió nada más llegar por la lluvia, y a alguien se le ocurrió llevarnos a los bajos de unos edificios, coger la luz de una farola y montarlo allí. Vino la policía, detuvieron a peña, hubo jaleo… Luego ya con el tiempo, una vez de teloneros, otras veces me mandaban entradas para sus conciertos cercanos a Alicante, nos bajábamos a Sevilla… Cuando la Ley Corcuera participamos en la movida, que los detuvieron porque decían que tenían etarras en su casa, luego era todo un montaje. Se va creando una amistad potente desde entonces, pero jamás pensé que acabaría con ellos.
“El lado oscuro” se iba a grabar en Murcia en las mismas fechas, pero al del estudio se le olvidó apuntar en el calendario y cogió una historia de estas de concurso del ayuntamiento, y a dos semanas vista nos dijo que no podíamos grabar en la fecha prevista. Casualmente esos días hablé con Fernando, le comenté el problema y me dijo: “bajaros a Sevilla”. Los números se disparaban en cuanto a gastos de traslado y estancia, porque a Murcia podíamos ir, grabar y volver a Villena, no teníamos necesidad de hotel aunque fuese gasolina todos los días, una hora y pico de viaje. Pero en Sevilla era una semana allí, nos metieron ellos en sus casas, no tuvimos que gastar en hotel, en el estudio se ajustaron al precio que teníamos nosotros, y ahí salió “El lado oscuro”.

Se grabó del 17 al 24 de abril de 1992, el año de la Expo. Esto marcó el contenido tanto de “¿Dónde está Judas?”, que era lo que estaba grabando Reincidentes, como de “El lado oscuro”. Desde canciones como “La balada de la Expo” o “Cristóbal Colono”, a la propia portada, dibujada por Vicente Molina “PTT”.
La portada original, como era para casete, era solo la primera parte, y luego lo otro salía en los interiores. Después se comprimió todo. En el vinilo el diseño lo ha hecho Pau Love, músico que tocaba con Banda Jachís, ha hecho un buen rediseño del paquete.

En la introducción de “Poder” documentáis la represión de una manifestación anti-92: decenas de detenidos, heridos por balas policiales… ¿Cómo lo recuerdas?
Fuimos un rato a la manifestación, pero como teníamos que tocar al mediodía en La Alameda pues estábamos con la otra labor también. Nos enteramos que hubo detenciones, que entre ellos habían cogido a Fernando, a 80 extranjeros que los deportaron a lo bestia en aviones y autobuses. Hubo tiros, tres disparos, dos de ellos creo que dieron en personas que no tenían que ver con la manifestación… Todo eso creó un ambiente de tensión muy potente, fuimos a las asambleas que se hacían en patio okupa Casa Rosita, cientos y cientos de personas amontonadas haciendo una asamblea para ver qué se hacía. Estuvimos en los momentos más duros, y a Pakote se le ocurrió la genialidad de hacer un texto, lo escribió y lo expuso él en el micro. Luego también se impregnó en “La balada de la Expo”: “Bee, bee”… Eso también fue de última hora. La portada igual no habría sido esta si no hubiésemos estado allí, posiblemente habría sido otra. Igual que el título y las dedicatorias. No puedes dedicar un disco antes de acabarlo.

El disco tiene algunas de las canciones más míticas de Maniática. “Lo que nos queda” te leí que la sacaste de las cartas que te escribías con tu pareja.
Es como una respuesta pública a sus cartas [risas]. En los tiempos de responder cartas de papel la respondí con esta canción. Sigo tocándola con Reincidentes.

“Color de corazón” narra la historia de vuestro abuelo. Siempre me sorprendió que siendo una letra tan personal, la cantase otra persona, y no tú: Eneko, del grupo Vuelva usted mañana.
Pues sí, fíjate, no sé por qué se decidió eso [risas]. Tenía que cantar alguna y era la que más le tiraba. Llegó a Sevilla de Vigo y al día y medio ya estaba malísimo, el calor, sudando, con fiebre, y dijo: me voy. El 19 o por ahí se volvió. Antes le hicimos grabar la canción, estuvimos dudando de si meterla o no, pero ya que la había hecho la dejamos. La habría cantado mucho mejor, él cantaba genial, pero ahí estaba enfermo, constipado, y nuestra cabezonería y por la amistad decidimos que se quedara tal cual.

“Ahora mismo me dedico a no fallar a Reincidentes, y lo demás ya depende del tiempo que tenga”

“Eres libre” es una versión libre y punk del “Redemption Song” de Bob Marley.
Pues un día que estás aburrido en casa, y de repente, no sabes inglés, no tienes Google, no te vas a poner a traducir con un diccionario de inglés-español, y se me ocurrió inventarme la letra a partir de “freedom”, ya que la canción hablaba de libertad. Yo quería que lo que dijera, además de que se entendiera, hacerlo como lo cantaba Bob Marley: “Corriendo por la jaula…”, todo con una silabación exacta, y que tuviese un sentido. Pero nunca con la original, que es “Canción por la redención”, la traducción literal no coincide absolutamente en nada. Una canción chula, que al llevarla al punk me quedé un poco pillado: “Hostias, qué guapa”.

El siguiente disco, “Pero que no sea el último paso”, también fue el último. ¿Por qué acaba Maniática, aquella primera etapa?
Es difícil de explicar. Llevábamos ya como dos años muy a saco, muchos conciertos. Incluso habiendo tomado ya la decisión de dejarlo en el verano del 94, por dinerillo ya, ya no era aquello de por los gastos y poco más. Hubo un planteamiento de aquello: ¿nos ponemos en serio, o no? Se tomó la decisión de que no, con Maniática no procedía. Yo luego con Banda Jachís cambié de parecer, con intención de trabajar en algo digno, y si podía vivir de ello, o sobrevivir, pues mejor. Pero ese concepto con Maniática pues no brotó. Tampoco fue por dejar a Maniática impune, limpios, “nosotros no nos vendimos”. Aunque sí tiene algo de ese fondo ideológico, pero también estábamos un poco agotados de eso. Igual que nos salían conciertos ya por algo de dinero, también nos salía todo lo contrario. Ya algunos ni con los gastos, nos llegó a llamar peña que nos decían que hasta los gastos eran los mínimos. Los gastos de furgoneta y gasolina eran muy altos, hablamos de en su momento treinta mil o cuarenta mil pesetas. Por un lado nos empiezan a entrar conciertos de dinero, y por otro nos siguen llamando para tocar gratis, ¿cómo se lleva eso? Y veníamos de tocar gratis casi siempre, a gasto cubierto. Era compleja la cosa, e ideológicamente pues tampoco nos pedía el cuerpo pasar a lo que llamamos “venderse”, irse a un sello más grande… No nos dio bolica y le dimos fin.

Aquello, en cualquier caso, ayudó a que la banda se convirtiese en una banda de culto. Viajamos ahora treinta años en el tiempo, hasta casi la actualidad, cuando fichas por Reincidentes. Pilla el parón del Covid, Maniática habíais vuelto en 2015, pero tanto Maniática como Banda Jachís estaban un poco en standby, y de repente recibes la llamada de Reincidentes para unirte a ellos. Tú estabas ya a punto de vender tu equipo. ¿Cómo te pilló aquella llamada?
Efectivamente. Habíamos declarado a Maniática y Banda Jachís en coma inducido por el Covid, el tema económico... Por un lado por no despedirnos, porque seguimos vivos, y si aquello pasaba y dentro de unos años nos volvemos a juntar, que no sea en plan “hemos vuelto”. A finales de año, en diciembre de 2020, yo había hecho unos streamings por Internet, algún cumpleaños en plan solitario… Va decayendo la moral, llegó un punto que dije: tengo dos amplis, los vendo, y tengo dos guitarras, una para cada hijo [risas]. Justo estaba en el balcón de una amiga, con Ana y unos amigos tomando cervezas, asomado al cuarto piso, y empecé a suicidarme musicalmente. Dije: el lunes cojo los amplificadores, los limpio, les hago fotos y los pongo en Milanuncios.com. Quitarme trastos y sacarme un poco de pasta, porque realmente estaba a dos velas. Justo en ese momento suena el teléfono y me llama Barea [guitarrista de Reincidentes]. Como en diciembre son nuestros cumpleaños, pensé que me llamaba para felicitarnos. Estaba así como titubeando, “es que… es que el Candy…”. Cuando dijo Candy, el otro guitarrista de Reincidentes, que se acababa de ir, le dije: “¿Me estás llamando para tocar con vosotros?”, y me dijo: “Joder, no me has dado tiempo ni a decírtelo”. A esas alturas yo ya estaba casi de rodillas, porque las piernas me flojearon, y mi compañera mirándome y diciéndome: “¿Qué te pasa?”. Yo dije: “Dame diez minutos Barea”, le colgué y me fui al aseo a llorar de emoción. Y Ana alucinando: “¿Por qué lloras?” y yo: “¿Por qué lloro? Pues de alegría o de tristeza, porque me pase a estas alturas”. Ya le había dicho que sí de alguna manera.

Te has integrado como segundo guitarra, y has metido algún tema de Maniática en el repertorio. ¿Habéis tocado alguna de Chunga Fe, el proyecto aquel tuyo de versiones de Bad Religion, en el que participaron también Reincidentes?
Pues no. Yo lo dejé caer, por lo menos “Gloria en exceso”, porque la cantábamos los dos, Fernando y yo, pero no ha surgido la idea dentro del grupo. Como solo participó Fernando… Bueno, Barea también participó en alguna, pero no fue tan Chunga Fe como Fernando. A ver si los convenzo algún día y hacemos esa por lo menos [risas].

De momento lo que sí que va a salir es “Los hijos de la calle”, el nuevo disco de Reincidentes y el primero contigo como miembro del grupo. Hay versiones, no sé si has metido tú algún tema tuyo…
Este disco va con canciones desde antes del Covid hasta principios de este año, que se hizo la última con SFDK. Yo cuando entré ya tenían tres o cuatro, “Hijos de la calle”, “Justo” de Rozalén… Hay algunas que no son nuestras, una del Canijo… Hay canciones en las que no hemos tocado, muy pocas, y nuevas hay una o dos. Es un variado muy complejo, por fechas creo que yo arranco con “Una tierra nada rabia”, y a partir de ahí ya en todas. Participo más o menos en la mitad, con mi guitarrilla, explorando nuevas formas. Aún sigue siendo un disco muy Reincidentes, con unas guitarras más finas a veces, Barea es un máquina con los sonidos de guitarra, para no ser tan cargante y tan lineal. Va a estar bonito.

Con respecto a la reedición en vinilo de “El lado oscuro”, lo saca Kasba Music como parte del XX aniversario del sello.
Sí, Joni y Amparo quieren lanzar doce discos en un año, uno por mes. Para esta reedición tampoco había muchas barreras que la complicaran, el disco estaba vinculado a El Lokal, y él también tenía contacto con ellos, todo muy bien, sin ningún problema. Ha sido muy guay, un detalle por su parte contar con nosotros.

Las canciones se han cambiado de orden respecto al CD original de Illa Records, supongo que por cuestión de formato, y de que entren bien en cada cara.
Sí, fue uno de los problemas que encontramos en su momento. Porque claro, una cara daba veintiséis minutos y otra veintitrés y pico. Había que recortar entre canción y canción, y aparte “La balada de la Expo” y creo que “Playa arábiga” se ha cambiado de sitio por eso.

La publicación de este disco, ¿vendrá acompañada de alguna otra sorpresa para los seguidores de Maniática?
Nos han dejado caer hacer una reedición de “Vitaminas A”, estamos ahí dándole vueltas. Y la reedición de La Furia, claro. Y quizá debería hacerme a la idea de hacer algo con Banda Jachís. O sacar todo lo de Maniática en vinilos… Tampoco están los tiempos para invertir, igual hacerlo bajo demanda o tipo crowdfunding. Pero yo soy mal negociante, ahora mismo me dedico a no fallar a Reincidentes, y lo demás ya depende del tiempo que tenga.

 

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