Imaginar escenarios intangibles, sumergidos de lleno en el mundo sensible, es una actividad mental a la que nos gusta entregarnos deliberadamente, sin preámbulos o remordimientos. Quizá esto nos traiga luego algún que otro dolor de cabeza, pero ¿y lo bien que se siente disociar un poquito?
Para Guitarricadelafuente, la satisfacción colateral de crear desde dentro hacia fuera ha sido, sin duda, un descubrimiento en mayúsculas; “Spanish Leather”, un disco nacido del regocijo sentimental, erosiona el cante castizo de “La Cantera” mediante la revelación desmedida de tribulaciones y cavilaciones que toman un retrato mucho más moderno, sofisticado y personal de Álvaro Lafuente.
Entre “BABIECA!” y “Tramuntana”, la introspección hace emerger la necesidad que el benicense tenía de pulir el diamante en bruto oculto en su interior. Doce perlas sumisas a la ternura lírica del cantautor en contraposición con un sonido atrevido, cercano al colectivo rusia-IDK. En una obra en la que la belleza sintáctica de sus versos es casi poética, la magia proviene del contraste.
Véase cómo la vulnerabilidad discursiva y sonora de “Full time papi” se opone a la sexualización explícita de las imágenes mostradas en el videoclip. Asimismo, cabe hacer hincapié en el “cuero español”, requemado por el sol, del que Lafuente se sirve para curtir el concepto del proyecto. Ilustra la voluntad de querer revelar una superficie blanda cubierta de durezas. Así pues, regresión tras regresión, la calidez delicada de su voz asume el rol de guía a través de un relato íntimo protagonizado por la identidad.
A muchos les sorprenderá ver al Guitarricadelafuente de “Guantanamera” entregado a la voluptuosidad homoerótica. A decir verdad, es una reacción lógica. Es la primera vez que el valenciano, aragonés de corazón, habla con tanta soltura de su condición sexual. Confiesa abiertamente los retos e imposibilidades del conflicto romántico. “Pipe dream”, “Puerta del Sol” o “Port Pelegrí” son algunos de los ejemplos con los que deja claro querer liberarse a sí mismo de sus propias convicciones, renovando la propuesta encarando el futuro. Si hay algo que resalte especialmente a lo largo de “Spanish Leather” es el grandísimo esfuerzo que hace para ser partícipe de un amor puro e inmaculado que dialogue con la ferocidad salvaje del deseo.
En última instancia, la efímera, pero cautivadora “Sonata nº 9 de los heavies de Gran Vía”, da paso a “Tramuntana”, finalizando la morriña buenrollista con un seguido de violines junto a los que Lafuente sentencia: “ahora pierdo el pudor”. A ciencia cierta, el oyente agradecerá que se haya distanciado de su yo más reservado para mostrar, por fin, su yo más real.
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