Songs Of No Consequence

A sus casi cincuenta y cinco años y con más de diecisiete álbumes oficiales sobre sus espaldas, Graham Parker aún es capaz de destilar muchas más juventud a través de los poros de su piel musical que otras formaciones de nuevo cuño que gozan de la presunción de lo novedoso.

Lejos de los parámetros rootsy explotados con acierto en el que fuera su último álbum (“Your Country”, editado el pasado año), el veterano pub rocker británico sigue supurando genio y cinismo bien diluido en su ácido timbre vocal, ya sea en forma de fibrosos ataques a la estupidez de los mass media (“Vanity Press”), andanadas de canónico rock’n’roll con nervio (“Dislocated Life”, “There’s Nothing On The Radio”), deliciosas descripciones sentimentales (excepcionales los medios tiempos “She Swallows It” o “Ambivalent”) e incluso algo de rítmica reggae (“Evil”). Poco importa ya a estas alturas que la sombra de Costello, Jackson o Lowe haya oscurecido su incansable carrera de fondo. Con compañeros de correrías como The Figgs (la banda que le ha acompañando sobre los escenarios durante el último año) y tandas de temas tan solventes, atemporales e inmarchitables como los que integran este “Songs Of No Consequence”, tiene más que ganada su plaza dentro de esa selecta y reducida pléyade de incombustibles creadores para dar de comer aparte, cuya vigencia se prolonga por más de tres décadas. Peinando canas con dignidad y mucha, muchísima clase.