Sometimes, Forever
Discos / Soccer Mommy

Sometimes, Forever

7 / 10
Fran González — 04-07-2022
Empresa — Loma Vista
Género — Indie pop

Mientras que Avril Lavigne revive la inmortal portada de su “Let Go” veinte años después, los hay que preferimos vivir en la cara más presente del pop-punk, y más cuando Sophie Allison ha firmado el disco de bajona veraniega definitivo que todos necesitábamos. Más oscura que nunca, la artista detrás del traje artístico de Soccer Mommy ha plantado un tercer álbum repleto de capas introspectivas e íntimas que se van deshojando progresivamente y a medida que la cuidada y exquisita producción de Daniel Lopatin nos lo va permitiendo. Porque sí, si hay algo que podía elevar a un siguiente nivel la profundidad con la que la de Tennessee sabe tocarnos la fibra es precisamente la buena mano de un productor tan mayúsculo como el multi-instrumentista y compositor que se esconde tras el alias de Oneothrix Point Never, y que para este “Sometimes, Forever” (Loma Vista, 22) ha revelado una cara insólita en su repertorio que mucho dista de las aportaciones que le hemos visto recientemente prestar a artistas como Rosalía o The Weeknd.

Como si de un tributo personal a todo lo que mola de los 90's se tratase, el tercer trabajo de Soccer Mommy nos brinda desde temas que perfectamente podrían haber figurado en la Banda Sonora de “Buffy Cazavampiros” (‘Unholy Affliction’), hasta pistas que parecen sacadas directamente del “Souvlaki” de Slowdive (‘newdemo’) o que lanzan guiños cercanos al grunge y al rock alternativo de la época (‘Darkness Forever’, ‘With U’). No hablaremos de un cambio de ciclo radical y explícito, pues el intimismo y la delicadeza siguen siendo las armas con las que Allison nos descubre sus fulgurantes letras entre acordes de guitarra y melodrama, tal y como ya hiciera en sus anteriores entregas (y es precisamente su single principal, ‘Shotgun’, el que conecta de forma directa con el sonido de éstas). Pero inconfundiblemente la aparición de Lopatin en su sonido ha marcado un punto de inflexión en la producción, haciendo que Allison nos entregue su trabajo más experimental hasta la fecha y abriendo la mano a la posibilidad de abrazar sonidos más atmosféricos y envolventes que nunca, fruto de ese encuentro entre sintetizadores intensos y en ocasiones, hasta tenebrosos.

El misticismo, el simbolismo y hasta la magia se dan la mano a lo largo de un disco en el que tienen cabida desde el tránsito de las reflexiones más oscuras de la cantante estadounidense (quien desnuda sus más privadas zozobras reconociendo que llegó a entender los motivos que llevaron a Sylvia Plath al suicidio), hasta el bosquejo de evidentes signos de ese hartazgo generacional, donde compara su cuerpo con el de una camioneta anticuada y obsoleta entre punteos que coquetean con el country (‘Feel It All The Time’) o reconoce lo intensa y dura que la fama puede llegar a ser para una joven artista (‘Still’). En ese juego de contradicciones que el mismo propio título del LP refleja, es donde vemos la cara más honesta de la cantautora, precozmente machacada por esta nueva crisis de los veinte que acontece a las venideras generaciones y que, a pesar de esas apáticas tinieblas, sus representantes continúan tratando de encontrar una esperanza que dé brillo a sus propósitos futuros.

 

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