Para ellos, en el principio también fue el ritmo. Y lo refrendaron en la última edición del Primavera Sound.
Estos portugueses se han sumado sin ambages al carro ibérico de reanimadores de la Nueva York subterránea y de baile epiléptico, aquella que marcó el tránsito de los setenta a los ochenta, y de la que tanto han mamado nuestros Standard o los primeros Delorean. Si no fuera por la soltura con que despachan estos casi anfetamínicos doce temas, sería fácil afilar los cuchillos y decir que el trío encabezado por Joâo Vieria llega con retraso para engancharse a la locomotora de las tendencias, aunque este no es su debut (irrumpieron en 2004 con “Feeding The Machine”). Pero una lectura que prescinda, en la medida de lo posible, de lo coyuntural, debería quedarse con el acelerado contagio pop de “Realize”, la ponzoña sintética de “When The Lights Turn”, las turbulencias de “Take The Honey And Run” o el pegadizo falsete de “Over” (muy a lo Humbert Humbert). Al fin y al cabo, el componente eminentemente lúdico y bailable de este “Side Effects” no demanda mucho más.
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