Soltaron los cabos

Han tenido que trascurrir casi cuarenta años, para que Joaquín Jiménez Domínguez, Salmonete de Jerez, vuelva a los estudios para mostrar a la afición su madurez cantaora. Una vez más, el trabajo de los estudios La Bodega da rienda suelta a este trabajo: “Soltaron los cabos”, toda una declaración de principios en la vida de este cantaor de vivencias. Con el tiempo, y al igual que los buenos vinos, el cante va cogiendo cuerpo y con Salmonete es la evidencia de ello. En su cante lleva el sufrimiento, los quehaceres de la vida cotidiana de los arrabales flamencos, la vida en el filo de la navaja. Coetáneo de sus paisanos, los malogrados El Torta y Luis de la Pica, y del Capullo de Jerez, como ellos lleva implícito las escuelas naturales, personalidad inviolable, lo anárquico, a fin y a cuentas el flamenco atávico y a rebosar de vicisitudes. Un disco que nos enseña formas de interpretar el cante a la antigua usanza, pero a la vez fresco, bebiendo de los maestros, Terremoto y Agujetas, entre otros. Un disco grabado del tirón, en una toma, casi en directo, como se hizo siempre en el flamenco desde las primeras grabaciones en cilindros de cera y pizarra, hasta la segunda mitad del siglo XX. Con la guitarra de Rubichi, deja impregnado el sabor netamente de Jerez: Seguiriyas, bulerías, fandangos, alegrías, cantes de Levante, etcétera. Un disco imprescindible para comprender el cante flamenco sin concesiones, sin aditivos, colorantes, ni conservantes. Esperemos que no pasen otros cuarenta años para poder disfrutar desde las entrañas, la voz del gran Salmonete.