Kitasato
Discos / Remate

Kitasato

8 / 10
Alan Queipo — 07-03-2018
Empresa — Relámpago
Género — Experimental

Cuando algunos artistas fueron, Remate fue y vino varias veces. Mientras hay proyectos que juegan con la idea de “componer la banda sonora de una película imaginaria”; Remate da un paso adelante en esa idea, reformulándola, resignificándola y exprimiendo los límites de la imaginación para poner BSO a personajes, intérpretes, escenas descartadas y otras que no tienen música de fondo en películas como “Laurence Anyways”, “Io sono l’amore”, “Bienvenidos a la casa de muñecas” o “Certain Women”.

Da la sensación de que a Remate se le ha agotado el corsé que muchas veces impone el prototipo de registro de ‘canción pop’. Y es precisamente en la composición de bandas sonoras, nunca hechas de una manera formal (no busquéis en él un homólogo a los trabajos de contemporáneos suyos como Julio de la Rosa u Olivier Arson de TERRITOIRE, a tiempo parcial en el circuito alternativo y en la composición de BSO para películas y series), donde Remate parece haber encontrado su particular cuarto de juegos, su eje motivador, donde articular discursos conceptuales, algo que demostró que en el terreno de la canción también se le da bien: como muestra, aquellos “SUPERLUV. Por lo que tiene de romántico” (2011), “Una araña a punto de comerse una mosca” (2012) o “Nelson es perfecto” (2014).

Pero este “KITASATO”, posiblemente el movimiento más radical de todos, bebe más de la influencia reciente que ha tenido la composición de una banda sonora ad hoc para “Too Much Johnson” (una película perdida de Orson Welles, recuperada por el Canal TCM), la singular ópera afterpop “Cabello de ángel, tocino de cielo” (2016) o el encargo que le hizo Isabel Coixet para su cortometraje “Un corazón roto no es como un jarrón roto o un florero” (2016).

Con una atmósfera que orbita entre lo experimental, lo incidental, lo instrumental y, de algún modo, lo ambigú, “KITASATO” tira de texturas propias del ambient, la indietrónica o la landscape music para crear una arquitectura efímera inspirada en el cine, pero, sobre todo, en la obsesión por descubrir los espacios invisibles, como aquel bacteriólogo nipón (Kitasato Shibasaburō) del que extrae el título del disco, que descubrió el agente infeccioso la peste bubónica.

Lo que descubre Remate es una nueva vía para descifrar las pequeñas bacterias de las historias incompletas. Consigue filmar sin cámara, pero con soniquetes digitales, su propia película, a través de imágenes que podían existir o no dentro del metraje de los personajes o films que le inspiran, pero que ahora existen para siempre en esta nueva cruzada en favor de la imaginación y de la vida secreta de las historias.

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