Marigold

Les estábamos esperando y os explicaré por qué, pero antes dejadme apuntar algo sobre el pasado reciente de la banda. Pinegrove empezaron a despuntar en el 2016 con “Cardinal”, su segundo trabajo, y se convirtieron en la banda de indie folk y americana de los emos modernos. Solo un año después, cuando la banda atravesaba su mejor momento, el cantante y compositor de la banda, Evan Stephens Hall, decidió aparcar el proyecto y cancelar numerosas fechas.

Los problemas personales y legales con los que estaba lidiando Hall, en los que tampoco toca entrar ahora, forzaron el hiato indefinido de la banda, que perdió el apoyo de su sello. Ya tenían un nuevo disco grabado, “Skylight”, que finalmente lanzaron ellos mismos como pudieron y pasó bastante desapercibido.

Si la banda de New Jersey ya destacaba por sus letras personales e introspectivas, en el presente “Marigold”, armado con esmero entre mayo del 2018 y febrero del 2019, Hall se desnuda como nunca y airea sus heridas. La flor que da nombre al disco, la caléndula, tiene propiedades cicatrizantes y eso no puede ser una casualidad cuando también aparece en dos cortes, “The Alarmist” y “Alcove”, y es el título del tema instrumental con sintetizadores etéreos que cierra el disco.

Publicado por el sello británico Rough Trade, “Marigold” transmite fragilidad pero ante todo esperanza. Sin ir más lejos, en la inicial, “Dotted Line”, canta “porque no sé cómo, pero estoy pensando que todo saldrá bien”, mientras en “No Drugs” promete abstinencia y comparte con todos nosotros las ganas que tiene de construir una nueva casa y empezar de cero con su pareja. En la misma línea, confiesa que se siente muy mal en “Endless” aunque sabe que en algún momento todo cambiará.

Pinegrove más que una banda al uso son un colectivo, sobre todo por el número de colaboradores en sus discos. En este precioso disco con acústicas, algún piano y steel guitars, tan otoñal e intenso, han participado los hermanos Zack y Nick Levine a la batería y guitarra respectivamente y otros habituales, amigos de siempre como Sam Skinner, que no solo toca la guitarra sino que también se ha encargado de la producción junto a Hall. ¿Su mejor disco? El más importante de su carrera, seguro. Necesitaban volver con un gran disco como “Marigold”.