El siempre inquieto cantante de The Charlatans nos trae su segundo (y muy americano) álbum en solitario. Y no sólo es que se haya ido a Nashville y se haya rodeado de Kurt Wagner o miembros de My Morning Jacket, sino que todo el disco tiene un pulso folk inédito hasta ahora en su carrera, que normalmente había transitado más por los terrenos del pop-rock más o menos bailable. Pero Burgess es un melómano confeso y así, en la hermosa balada “A Case For Vinyl”, sus discos le sirven de consuelo ante las derrotas sentimentales o simplemente vitales. También hay lugar para sentimientos menos dolorosos, como en “The Doors Of Then” o la estupenda “The Great Outdoors, Bitches”. Sí, el británico se ha enamorado, y se nota en el flow del disco, que termina con otro baladón tremendo como “A Gain” (canción de la que se adueña completamente la cantante de góspel Ann McCrary, y que pone un estupendo colofón al disco).
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