The Great White Sea Eagle
Discos / James Yorkston, Nina Persson And The Second Hand Orchestra ...

The Great White Sea Eagle

8 / 10
Fran González — 26-01-2023
Empresa — Domino
Género — Folk

A lo largo de la historia hemos disfrutado de duetos mixtos y melódicos cuya conexión mutua nos ha regalado momentos para el eterno deleite. Johnny Cash y June Carter, Joe Cocker y Jennifer Warnes, Annie Clark y David Byrne, o Diana Ross y Lionel Ritchie, por solo citar algunos. No es de extrañar que, tirando de fórmulas ya efectivas y contando con el talento de su parte, la suma de valores ofrecida por James Yorkston y Nina Persson haya dado como montante final una auténtica delicia para sanar el alma y calmar nuestros más intensos pesares.

Con la nada desdeñable firma adscrita de la Second Hand Orchestra, capitaneada por Karl-Jonas Winqvist, “The Great White Sea Eagle” se convierte de pleno en uno de los mejores trabajos que el cantautor de Fife haya firmado en su reciente trayectoria, situando el contexto de su alumbramiento en un momento personal y profesional de lo más dulce para el escocés, pues recientemente también veíamos a Yorkston ganar adeptos literarios con el éxito de su segunda novela, “The Book Of The Gaels”. Por su parte, pocas presentaciones requiere Nina Persson, legendaria e icónica vocalista de The Cardigans, entregada de un tiempo a esta parte a una condición más sobria y folklorista que le ha permitido explorar ambages más alejados de su recordada y explosiva etapa pop. Es por ello que tras el aclamado acogimiento de “The Wide, Wide River” (Domino, 21), entendemos esta nueva entrega casi como una evolución natural del trabajo previo de Yorkston, comprendida por doce canciones más y una finísima y determinante participación de la artista sueca que marca la diferencia de forma clave.

Lo curioso es que esta historia nace de la más inesperada casualidad, pues en la cabeza de Yorkston no había, a priori, espacio para una continuación de su ya citada colaboración con la Second Hand Orchestra; pero no nos engañemos, segundas partes también pueden ser buenas, y así lo demuestra la dupla, quien ya en su primer corte (“Sam And Jeanie McGreagor”) nos abre las puertas a un relato romántico, de esos con sus luces y sus sombras, pero que invitan a dejarse llevar y volver a creer. La delicadeza costumbrista e intimista que se desarrolla en los versos de temas como “An Upturned Crab” (“Today you say you found an upturned crab, how unfortunate I was to have missed that”), nos trae como producto esas descripciones sentimentales que solo son entendibles y disfrutables para quien se haya encontrado alguna vez dentro de ese torbellino de rutinas, reproches, y pasiones que conlleva amar. Si a esta lírica de estar por casa pero enormemente emocionante le sumas ese castillo de arreglos instrumentales y orquestales (fruto de la más deliciosa improvisación) que transitan acertadamente entre la psicodelia más sosegada (“Keeping Up With The Grandchildren, Yeah”), la neoclásica más cinematográfica (“A Forestful Of Rogues”), los relatos apasionados y compartidos a tono (“The Harmony”), o los pasajes sedantes en formato spoken-word (The Great White Sea Eagle), el resultado es una fabulosa oda al amor en todas sus vertientes y dimensiones que no defrauda y que viene que ni pintada tanto para acaramelar el alma como para apiadarse de un corazón roto.

 

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