Hop Up
Discos / Orlando Weeks

Hop Up

8 / 10
Raúl Julián — 21-01-2022
Empresa — Play It Again Sam
Género — synthpop

Tras dar por finiquitados a The Maccabees, Orlando Weeks –otrora líder y vocalista del grupo– afrontó un considerable giro estilístico con el que perfilar su carrera en solitario. El británico se alejaba, con algo de premeditación y alevosía, de aquel indie-pop de guitarras protagonista en los cuatro discos publicados por el grupo en cerca de una década de carrera, incluidos los majestuosos ‘Given To The Wild (Polydor, 12) y ‘Marks To Prove It (Fiction, 15). A cambio el autor lanzaba un primer álbum de estudio, ‘A Quickening’ (Play It Again Sam, 20), en el que mostraba una faceta mucho más reflexiva, de aspecto delicado y consecuencias emocionantes.

Unas preferencias asentadas en ‘Hop Up’ (Play It Again Sam, 22), a lo largo y ancho de once nuevas canciones que conforman una continuación lógica con respecto a ese estreno alumbrado hace apenas un par de años. Weeks reaparece con una obra menos tímida y sensiblemente más desperezada que su predecesora, en la que mantiene esa sugerente sensibilidad como principal propulsora del asunto mientras incita a la pista de baile. El artista logra un brillante equilibro que parece aunar ambos mundos en torno al álbum, casi como si fuesen dos caras de una misma moneda. Un proceso concretado en synth-pop cristalino, de un tipo específico que lo emparenta directa a irremediablemente con Hayden Thorpe, ex cantante de otro magnífico grupo como fue Wild Beasts. El londinense luce de sobremanera en casi todas las piezas del elepé, caso de “Make You Happy”, la deliciosa y ochentera “Look Who's Talking Now”, “No End To Love”, una “High Kicking” que remite a Bon Iver, los singles “Bigger” y “Deep Down Way Out”, “Silver” o esa gema que es “Big Skies Silly Faces”.

Destacar dentro de un género tan sobado (y algo recargado de propuestas) como es en la actualidad el synth-pop no es tarea sencilla. Orlando Weeks lo consigue holgadamente con un disco magnífico y de aspecto impecable, en el que apenas hay sobrante y que reenamora a cada nueva escucha. ‘Hop Up’ (Play It Again Sam, 22) supone un paso de gigante hacia la madurez creativa de un compositor que, después de guiar a los (al menos por estos lares) nunca suficientemente valorados The Maccabees, ha encontrado su propio camino. Y no es otro que uno plagado de belleza, elegancia y buen gusto.

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