Sí, Samuel T. Herring, el frontman de Future Islands, rapea. No es nuevo, se dedica a ello en sus ratos libres desde que era un adolescente. Pero en este primer álbum a nombre de su alter ego Hemlock Ernst se muestra como un rapero versátil, dotado de un flow tan natural que invita a preguntarse cómo ha tardado tanto tiempo en editar un álbum completo (había colaborado ya con Madlib, Open Mike Eagle o Milo, quien le acoge ahora en su sello Ruby Yacht) y, al tiempo, aligerar la espera ante una nueva entrega de unos Future Islands que, dicho sea de paso, enlazan ya varias entregas con el piloto automático activado.
Su compinche aquí es el productor angelino Kenny Segal, quien viene de pergeñar junto a Billy Woods uno de los trabajos más interesantes del hip hop alternativo actual, “Hiding Places” (2019). Y lo cierto es que este “Back At The House”, más austero y minimalista, también más cálido e incluso jazzy y con ribetes de intriga noir, con evidentes anclajes en la ortografía rock (guitarra acústica y bajo emergen de cuando en cuando), no hubiera desentonado en el catálogo que Anticon difundió a principios de nuestro siglo. Al fin y al cabo, esto es el fruto creativo de alguien que confiesa que nunca creyó que su música fuera a estar más influenciada por Ian Curtis que por KRS One. Y que anuncia que aparecerá en lo próximo de DJ Shadow.
El paso del tiempo, la nostalgia, los remordimientos por lo que pudo ser y no fue o esa constante búsqueda por ubicarse en un mundo incomprensible – esa que todo artista se plantea alguna vez – son los ejes sobre los que rotan estos once seductores cortes, acolchados en samplers precisos, ritmos mullidos y bases imaginativas que ligan con el hip hop old school desde una perspectiva contemporánea. Así que ni pasatiempo paralelo ni impertinente intrusismo: pedazo de disco.
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