Banane Bleue

Eclécticamente suaves. Así son y siguen siendo (aunque esta vez más) François & The Atlas Mountains en su recientemente estrenado álbum “Banane Bleue”. El título hace referencia a una teoría de la geografía que engloba grandes capitales centro-europeas que podemos situar dentro de una banana dibujada en un mapa del continente. Pues bien, parece ser que los trayectos entre varias de estas ciudades han inspirado a Frànçois Marry durante la composición de su séptimo álbum.

El hecho de que el propio compositor haya escrito las canciones viajando entre algunas de estas urbes refleja este espíritu transfronterizo desde sus inicios. "The Foreigner" (ya con el mismo título nos da que pensar) combina en sus versos el castellano, el francés o el italiano, como en una gran ciudad donde encuentras gente venida de todos los sitios. Todos ellos en un mismo entorno que representa la música como vehículo conductor.

Esta música irá mutando a lo largo del disco, haciendo que empiece y acabe con un clima similar, pero con sensaciones distintas. Y es que lo que empieza con un protagonismo de guitarras limpias en los acompañamientos y melodías va dando relevo poco a poco a una mayor responsabilidad de los teclados y la electrónica a medida que pasan las canciones. Encontramos con "Coucou" (seguramente el tema más representativo de este trabajo) o "Julie" buenos ejemplos de esas canciones guitarreras, mientras que en Tourne-Autour la electrónica toma la iniciativa.

En general François ha optado esta vez por hacer un disco más calmado y menos acelerado que los anteriores. Desde la sencillez y la calma que uno podría encontrar en cualquier viaje entre ciudad y ciudad, “Banana Bleue” se nos presenta como un disco pacífico en el que las canciones nos evocan esos paisajes estables que observamos al otro lado de la ventana del tren, coche o avión. De esa forma, la voz ejerce de conductora de la mayoría de piezas sin grandes extremos y sucedida de breves frases pegadizas de sintetizadores o de las mismas voces en coro. Es la tónica general de gran parte del álbum y que se puede comprobar en "Holly Golightly", "Revu" o "Dans un taxi", tema de cierre.

Es mayormente un disco atmosférico y evocador. Sin grandes sorpresas, pero tampoco sin grandes pretensiones. Menos contrastante que en álbumes anteriores pero que quizá nos haga escucharlo con mayor intimidad, por aquello de los momentos de calma en soledad.