This Machine Still Kills Fascists
Discos / Dropkick Murphys

This Machine Still Kills Fascists

9 / 10
Eduardo Izquierdo — 06-10-2022
Empresa — Dummy Luck Music

La colaboración entre la fallecida leyenda del folk Woody Guthrie y Dropkick Murphys viene de lejos. De muy lejos. No en vano el gran éxito de la carrera de los de Massachussets, “I’m Shipping Up To Boston” tiene ahí su origen. Nora Guthrie, hija de Woody contactó con los Murphys, una banda que le encantaba, pensando que compartían muchas cosas con su padre, especialmente en lo ideológico. Eso fue hace más de veinte años, y en 2006, la citada canción, con letra del okie y música del grupo era certificada como doble platino, tras vender más de un millón de copias digitales y formar parte de la banda sonora de una película de éxito. Ahora el grupo vuelve a la carga, con un disco titulado casi como el eslogan que adornaba la guitarra de Guthrie, y canciones cuyas letras salen de los escritos que ha seguido pasándoles Norah.

Mucho más acústicos de lo habitual durante todo el álbum, para empezar, dejemos claro que la música de “Two 6’s Upside Down” no la hizo Johnny Cash aunque lo parezca por su cadencia. Dicho esto, el tema es magnífico y el resto del disco no le anda a la zaga. “Talking Jukebox” se inicia surf y se vuelve punk. Rabiosa. Incisiva. Con una letra totalmente actual, sensación que se repite en las diez canciones aquí incluidas. “Ten Times More” es rara, pero engancha. No suena a Dropkick Murphys, pero la bordan. A medio camino entre Tom Waits y los work songs, todo se construye sobre una armónica y golpes de pies sobre un suelo de madera. Mientras, “Never Get Drunk No More” es más convencional, con la aparición sorpresa de una Nikki Lane que enamora desde la primera palabra. “All You Fonies” es muy The Pogues, y por tanto muy Dropkick Murphys, y “The Last One” se beneficia, y mucho, de la presencia de Turnpike Troubadours. “Cadillac, Cadillac”, una de mis favoritas, es medio The Cramps medio Flat Duo Jets, otra vez con un desarrollo semi surf ¡y la cosa funciona! “Water’s Are A’risin’” deja el protagonismo al piano, y es un contrapunto perfecto a la mucha rabia expresada hasta ahora. La festiva “Where Trouble Is At” es el anillo de cada uno de los dedos con los que la banda toca sus instrumentos. Aunque la gran sorpresa está con la presencia de la voz del mismísimo Woody Guthrie en el cierre con “Dig A Hole” ¿Quieren un pero? Que solo son diez canciones. Apunten: tras el de los Flogging Molly, también reseñado en esta revista, segundo disco importante del año en el género.

 

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