No.4
Discos / Christina Vantzou

No.4

7 / 10
Noé R. Rivas — 16-04-2018
Empresa — Kranky
Género — Experimental

La polifacética artista de origen griego Christina Vantzou continúa con su particular colección de trabajos instrumentales, donde ahonda en la experimentación de sonidos reducidos a la mínima expresión. Repasando sus anteriores referencias, somos conscientes de cómo en el camino hacia este trabajo, poco a poco ha ido consiguiendo que los silencios jueguen un papel más destacado en sus composiciones, alternando las atmósferas de cuerdas junto a pequeños detalles sintetizados. Este cuarto trabajo supone la perfecta consecución de este juego, donde las atonalidades tienen su cierto protagonismo a la hora de crear ambientes que poco a poco se van apagando. Sin ningún sobresalto, ni giros tortuosos en el guion, las canciones van brotando poco a poco a modo de pinceladas, aspirando en todo momento a ofrecer un carácter continuo. El tratamiento de la instrumentación clásica, donde se pueden reconocer el arpa, el piano o vibráfono, pone de manifiesto una forma de trabajar muy relacionada con borrar los límites entre lo analógico y digital, encontrándonos momentos como los de “Garden of Forking Paths” donde el engaño al oído resulta completo.

La gran capacidad para ofrecer diferentes intensidades, incluso en los momentos donde abundan las atmósferas más enfocadas hacia el ruido, es otro de los aspectos que no pasan por alto, estando ante una de esas obras que evidencia la forma conjunta de tratar todos los instrumentos que intervienen en ella, aspirando en todo momento a una lograda homogeneidad. Los timbres de los diferentes instrumentos por momentos parecen que se unen en uno solo, siendo el tratamiento digital de los mismos el que permite avanzar los temas, sosteniéndolos en el tiempo de una forma muy similar a lo que Hans Zimmer ha realizado a lo largo de toda su carrera. Por todo ello la escucha del disco no resulta del todo fácil pero sí liberadora, ya que la mayoría de intervalos donde una nota se prolonga generando tensión, llevan asociados una cara que aliviadora que llega cuando poco a poco todo se va desvaneciendo. Así es como también entra en juego la capacidad de resonancia de las cuerdas, extendida casi hasta el infinito de una forma prácticamente imperceptible. Un efecto que resulta ser un atractivo constante a lo largo del trabajo y que evidencia como todo lo exhibido en estas nuevas composiciones contiene un lado de lo más sugestivo.

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