El apellido Pernice insiste en su intento de hundir a media humanidad. Y Houston Party, en otro acierto que sumar a su labor, nos lo distribuye en bandeja. Parece que el country-folk en carne viva de los dos discos de Scud Mountain Boys no fue suficiente para Joe Pernice; de ahí que en Chappaquiddick Skyline, su nuevo proyecto, haya decidido volver al ruedo de la depresión.
Entre otras cosas porque su disco como The Pernice Brothers, el grupo inmediatamente anterior a este que ahora presentamos, sonaba demasiado feliz y abierto como para repetir la experiencia. Por eso este disco homónimo rescata la oscuridad, las ventanas semiabiertas, el sofá revuelto, el cenicero desbordado y los vasos con cubitos fundidos por el alcohol. Pernice repesca la sequedad folk-rock de sus Scud Mountain Boys, les libera del barroquismo instrumental de “Massachussets” a la vez que enriquece la desnudez turbada de su(s) debut(s) y se olvida, casi por completo, de la brillantina soleada de Pernice Brothers (incluso se atreve con una impresionante lectura del “Leave Me Alone” de New Order). Y así, un poco a medio camino de todo lo expuesto en anteriores obras, Joe Pernice se da de bruces con los pentagramas más concretos y redondos de su carrera en otro álbum que añadir a la penumbra de nuestro día a día.
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