Astronaut Meets Appleman
Discos / King Creosote

Astronaut Meets Appleman

8 / 10
Guillermo Chaparro Terleira — 02-09-2016
Empresa — Domino
Género — Pop
Fotografía — Archivo

Hace dos años, el escoces Kenny Anderson (aka King Creosote) tomaba su tierra natal como "musa" para su álbum “From Scotland With Love”. Ahora, como si Escocia ya no fuera suficiente, Anderson mira hacia el espacio para buscar la inspiración. Incluso para la grabación de este nuevo trabajo necesitó expandir fronteras. "Quería salir de los lugares habituales", confiesa el músico. Y por eso no solo grabó en la Isla de Mull (Escocia), también en Glasgow (Chem19 Studios) y en Irlanda (Analogue Catalogue). El resultado es un disco donde conviven de forma magistral sonidos indie folk de estética escocesa con unos más artificiales, una mezcla a través de la cual Anderson aprovecha para abrir el eterno debate entre lo tradicional y lo tecnológico, lo clásico frente a lo moderno, el hombre y la máquina.

Coproducido junto a su compatriota Paul Savage (The Delgados), con el que ya trabajó anteriormente en su papel de ingeniero de sonido (Mogwai, Camera Obscura), "Astronaut Meets Appleman" abre con "You Just Want", un tema de siete minutos con aires de épica donde Anderson aprovecha para presentar alguno de los instrumentos como el arpa o el violonchelo sobre los que se construye el disco. Esta canción fue la escogida como primer single acompañada de un videoclip protagonizado por un astronauta flotando por el espacio rodeado de ipods y portátiles (recuerden el título, APPLEman), en clara referencia a la enorme presencia de la tecnología en el día a día (ni en un paseo por el espacio en gravedad cero uno se libra de ella).

La falta de una base de operaciones fija para grabar el álbum provocó que la improvisación fuera una de las herramientas de Anderson, circunstancia que el escocés aprovechó para dejarse ir y recuperar las sensaciones de sus primeros discos, dejando a un lado su obsesión en cada línea y poniendo más énfasis en la música y lo que pasa a su alrededor. Este sentido de la improvisación a la hora de componer podría explicar la atractiva heterogeneidad presente en el álbum, lo que hace posible que cada vez que pongamos el disco en el reproductor escuchemos desde una emotiva y triste balada como "Faux Call", hasta una melodía primaveral ("Love Life"), pasando por "Melin Wynt", donde una gaita va dibujando una carrera interestelar en la que la voz de Anderson en ocasiones se torna a como sonaría dentro del casco si estuviera intentando contactar con el Mayor Tom o Hall 9000.

Para la búsqueda de esta paleta de sonidos, King Creosote se ha rodeado de un buen elenco: Catriona McKay (arpa), Gordon Maclean (contrabajo), Mairearad Green (gaita), Hannah Fisher (voz y violín), Sorren Maclean (guitarra y voces) y Pete Harvey (violonchelo). Incluso, no ha querido pasar la oportunidad de sacar provecho (en el buen sentido) de su paternidad entre álbum y álbum, y ha incorporado la voz de su hija Louie Wren al tema "Peter Rabbit Tea" provocando la inevitable reacción sensiblera que un adulto siente al escuchar la voz  inocente de un niño en pleno proceso de asombro ante el mundo que le rodea. Algo similar a lo que ocurre con el “Hombre araña” de Standstill o el tema de M83, “Raconte-moi Una Historie”. Una experiencia sonora verdaderamente preciosa que antecede la canción-epílogo "Rules Of Engagement" y que cierra el álbum con un último minuto donde el sonido se va difuminado hasta el silencio más absoluto.

 

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