Blues para todos

La Cueva del Jazz en Vivo celebraba el décimo aniversario de su apertura, convertida ya en indispensable sala de conciertos en Zamora y tras recoger el testigo de su hermana mayor (todavía activa e icono de la hostelería local) a la hora de albergar grupos de diferentes estilos. Para tan señalada conmemoración, los responsables del local programaron la visita de The Reverend Shawn Amos, que en estos días se encuentra inmerso en la que es su primera gira peninsular. El norteamericano está presentando las canciones de su recentísimo nuevo álbum, el más que notable “Brakes It Down” (Put Together, 18), y su visita motivó grandes expectativas gracias a las informaciones previas acerca de su valía sobre los escenarios.

Ante una sala casi llena y acompañado de banda completa, El Reverendo ofreció un concierto elegante y con el blues como principal ofrecimiento, pero en una versión accesible que no evita acercamientos al pop. Enfundado en un distinguido traje azul y aumentando el misterio oculto tras gafas de sol y sombrero, el frontman fue auténtico protagonista del concierto, y contó con harmónica, distorsionador de micrófono y la vistosidad de sus propios movimientos como aliados principales. La base rítmica resultó precisa y valiosa desde un segundo plano, y sólo el guitarrista pareció atreverse a robar algo de protagonismo al propio vocalista, con una pericia muy evidente y necesaria para el funcionamiento del conjunto. Ejecutivamente incuestionable, sucedió sin embargo que durante casi toda velada se ansió una explosión definitiva que sólo llegó en momentos puntuales y hacia el final del concierto. A veces la pose, el envoltorio y la puesta en escena superó (y engulló tras de sí) al propio contenido, quedando éste en evidencia tras necesitar un grado adicional de pegada.

El cuarteto ciertamente demostró ser una buena banda, inteligente además a la hora de seleccionar una serie de temas que incluyen composiciones propias destacadas del tipo de “Moved”, “Freedom Suite: (We've Got To) Come Together”, “Ain't Gonna Name Names”, “2017” o “You're Gonna Miss Me (When I Get Home)”, compartiendo espacio con clásicos del género y versiones muy bien resultas del “Jean Genie” de David Bowie o el “Mercedes Benz” de Janis Joplin. Buen concierto y agradable velada, en todo caso, máxime si atendemos al motivo del festejo, ante el que sólo cabe brindar por muchas otras décadas de vida.