Puro espectáculo
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Puro espectáculo

9 / 10
Sergio Martínez Sánchez — 16-03-2022
Empresa — HFMN
Fecha — 11 marzo, 2022
Sala — Santana 27 (Bilbao)
Fotografía — Lorenzo Pascual

Hay bandas que son un seguro en directo. Sabes de antemano lo que te vas a encontrar y lo que te van a ofrecer. Sabes que aunque hayas tenido un día tan lamentable que incluso te hayas planteado no acudir, verás las cosas de manera muy diferente una vez haya terminado la descarga. Y sabes que, aunque cualquiera de los miembros del grupo haya tenido un día de mierda, la fuerza de la banda va a hacer que todos/as den el máximo durante el concierto para que todas y cada una de las personas que han acudido al evento salgan con una sonrisa dibujada en la boca, de las que tardan en desaparecer, y con la sensación de haber asistido a un concierto histórico.

Todo lo anterior no es fácil y ese tipo de bandas no abundan, aunque podría enumerar varias a nivel local e internacional. Dos de ellas, The Baboon Show y Niña Coyote eta Chico Tornado, se dieron cita el pasado viernes, 11 de marzo, en la Sala Santana 27 de Bilbao en una noche de reencuentros colosal, frenética y apoteósica.

El dúo donostiarra se unía a la gira del cuarteto sueco el día que salía a la venta su cuarto disco de estudio, “Niña Coyote eta Chico Tornado vs Don Cóndor eta Ñora Alacrán”. Un artefacto sonoro en el que Ursula Strong (seudónimo de Usua de la Fuente) y Koldo Soret han querido dar una vuelta de tuerca a su proyecto inventando una nueva banda y sendos alter ego, Don Cóndor eta Ñora Alacrán, en el que dan rienda suelta a otras inquietudes musicales como la cumbia surf (así al menos lo denominan ellos). En cualquier caso, ninguno de los siete cortes de esta vertiente sonaron en Bilbao ni sonarán en los próximos conciertos.

Niña Coyote eta Chico Tornado es un grupo de presencia sobria, casi austera, aunque muy enérgico que transmite a través de su música y que crea un vínculo con el público de una manera muy natural, sin necesidad de interactuar demasiado. Así, casi sin avisar, suenan los acordes de “Errautsak” y “Cabezacuvo” dos cortes inseparables que dan inicio a su ábum “Aitzstar” (2019) y a sus directos desde entonces. Buen sonido el que pudo disfrutar el público, no así la iluminación, escasa y mal distribuida, que dificultaba el trabajo de la decena de fotógrafos que merodeaban el foso y aledaños.

Tras los dos primeros temas, Soret, poco dado a comunicarse mediante la palabra, se dirigió al respetable en euskera para decir que hacía tiempo que no tocaban en Bilbao, que presentaban nuevo disco y que los congregados en el Polígono de Santa Ana íbamos a ser los primeros en escuchar los nuevos temas.

Dicho y hecho. “Eguzkiari itxoiten”, el primer single del nuevo plástico, atronaba ante una muy buena entrada (y lo que aún faltaba). Pareja artística perfectamente ensamblada, Niña Coyote eta Chico Tornado pronto dejaron claro que su actuación iba en serio y que el directo, el escenario, es su hábitat y el rock desértico, su idioma. La breve pero intensa interpretación del himno antisistema “Fuck the police” desperezó al público antes del momento emotivo de la noche. Un circunspecto Koldo Soret dedicaba el siguiente corte, incluido en el nuevo plástico, al autor de su letra, Ioritz Apaolaza, colaborador habitual de la banda y fallecido el reciente 27 de febrero.

Los temas se sucedían sin remisión. La fantástica versión de The Stooges “I wanna be your dog” dedicada, por cierto, a The Baboon Show por invitarles a participar en esta gira, dio paso a “Txaman”, incluido en su primer trabajo y fijo en todos sus directos. Otro sólido corte instrumental y el clásico “Ariñau”, tras el que Koldo Soret aprovechó para dar las gracias a todo el mundo por ir, precedieron al último tema de la noche para el dúo guipuzcoano. “Lainoa” fue el digno broche de oro a una actuación arrolladora, densa, apasionada y poderosa que, más allá de la técnica y la estética a la hora de ejecutar (¡qué manera de golpear la batería y rasgar las seis cuerdas!), contagió al público con su compenetración, química, actitud y buen hacer.

Las sonrisas por haber presenciado tamaño recital no se apagaron mientras sonaba el “I want you back” de The Jackson 5 (ojo, próxima actuación el sábado en Berriz). ¡Y aún quedaba el plato fuerte! Tiempo para recargar pilas, tomar posiciones y abarrotar hasta la bandera una sala (se echaba de menos presenciar una entrada así) como Santana 27.

Es importante prestar atención a los temas que preceden a las actuaciones y a los que suenan tras terminar, porque es evidente que muchas bandas no los dejan al azar. “You shook me all night long” de AC/DC, un tema electrónico muy bailable y una larga introducción con notas circenses ya te predispone a disfrutar de lo que esté por venir. ¿Qué podía salir mal?

The Baboon Show es una banda que prácticamente te hace spoiler con su nombre porque estos cuatro animales escénicos son eso, puro espectáculo. Para cuando sonaron las primeras notas de “Oddball”, uno de los dos nuevos cortes incluido en su más reciente 7” del mismo título, el respetable ya estaba entregado a la causa. Esas melodías tan pegadizas del cuarteto sueco y la actitud de los componentes ayudan, claro. “You got what you get”, de su aclamado “Radio Rebelde” (2018), dio paso al otro nuevo tema, “Have a party with me” (que, como “Oddball”, dispone de su correspondiente videoclip) versión, en realidad, de Eddie Meduza, leyenda del rock and roll sueco del que desconocía su existencia pero que tiene la pinta de merecer la pena profundizar en él.

Antes de comenzar a atacar las coreables y feroces “The shame” (“Damnation”, 2014) y “Playing with fire” (“Punk Rock Harbour”, 2010) Cecilia Boström, una de las mejores frontwoman del panorama musical, ya había decidido que la chaqueta con la que había salido a actuar le sobraba. La naturalidad en el escenario de esta mujer es cautivadora, así como su espontaneidad. Ninguna de estas características limitan, no obstante, su capacidad vocal ni su liderazgo sobre las tablas.

Bajaron considerablemente las revoluciones, que no el ímpetu, con el hímnico medio tiempo “Which way will you go” (EP “I never say goodnight”, 2020). Boström con una pandereta y Stefan, uno de los roadies, a la armónica erigiéndose en protagonista puño en alto daban continuidad al show. Y fue en este instante en el que la vocalista se tomó por primera vez un tiempo para saludar al público, agradecer su presencia y mostrarse feliz por compartir este momento después de dos años. Además, instó al respetable a divertirse (¡como si no lo estuviese haciendo ya!) al grito de “No more war” y el tema “Some piece of peace” (EP “I never say goodnight”, 2020).

De una tacada The Baboon Show interpretó tres canciones pertenecientes al plástico publicado en 2016 “The world is bigger tan you” y una cuarta de su debut “Don’t, don’t, don’t” (2005). A saber, “Me, myself and I” (uno de los temas más coreados), “Tonight”, “Dig on” e “It’s a sin”. En ese tiempo, Cecilia Boström presentó a sus compañeros, el guitarrista Håkan “Harry” Sörle, al animal tras los parches Niclas “Nicko Sexy Motherfucker” Svensson (ataviado de gorra militar, estilo Nicke Andersson), ambos miembros fundadores junto a la cantante, y la bajista Frida Ståhl, que completa el cuarteto desde 2013; saltó al público (no era el primer vuelo sin motor de la noche, y no sería el último) y fue surfeando entre los brazos de los/as fans hasta el final de la sala para volver de la misma manera mientras cantaba, como quien come unas palomitas mientras ve una película; le dedicó unas palabras a Vladimir Putin y todos los presidentes de EE.UU. que han matado a gente; y se acordó del Basterra de Barakaldo, sede de su numeroso club de fans. No sé si pestañeé, pero si lo hice, seguro que ocurrió algo que no os puedo contar. ¡Qué intensidad!

Antes de arremeter con “”Holiday” y “Same old story”, ambas incluidas en el álbum más presente de la noche (“Radio Rebelde”, 2018) y dos de sus títulos más reivindicativos, cada uno a su manera, Boström comentó que prefería volar a las escaleras. Así que se incursionó una vez más en el arte del stage diving.

Tras más una hora de frenesí y una velada crítica al sistema educativo con “The history” (“Damnation”, 2014), el cuarteto holmiense se despidió con la voz de Håkan Sörle recitando sobre la música en “Again”. Mutis por el foro y pistas grabadas que se iban diluyendo ante el entusiasmo y satisfacción general.

Quedaban los bises y estuvieron a la altura. Los acordes acedecianos de “Hurray” (“Radio Rebelde”, 2018), con Boström apareciendo a gatas, marcaron el regreso al tablado. Y cuando pensábamos que no saldrían en toda la noche del “eskerrik asko” en euskera, sorprendieron con un perfecto “bat, bi, hiru, lau” antes de la speedica “You got a problem without knowing it” (“Punk Rock Harbour”, 2010). “Queen of the dagger”, precioso medio tiempo y único corte elegido en el setlist del álbum “People’s Republic of the Baboon Show formerly known as Sweden” (2013), que precedió a la traca final compuesta por “Punk Rock Harbour” y “Radio Rebelde”, incluidas en sus respectivos trabajos homónimos.

Dos detalles más, si has llegado hasta aquí, antes de que te dediques a otro menester. El conato de interpretación de “Thunderstruck” y “War pigs” justo antes del último tema y la aparatosa caída, al parecer sin consecuencias, de Cecilia Boström del escenario a veinte segundos del final del show con este que te escribe como testigo de excepción. Cosas de estar en primera fila.

Para muchas personas seguro que fue el primer concierto en mucho tiempo. Para quienes no, probablemente el primero multitudinario, con una sala de tamaño medio a reventar. Lo que está claro es que entre los/as asistentes nadie olvidará esta cita en mucho tiempo, por la calidad de las dos bandas y la atmósfera creada y el espectáculo ofrecido. El listón, a las primeras de cambio, en lo más alto. Y mientras nos dábamos la vuelta en busca de miradas cómplices entre el gozo y la euforia, “People have the power” de la madrina del punk como colofón a la banda sonora de una noche mágica.

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