Perro, carisma insolente
Conciertos / Perro

Perro, carisma insolente

9 / 10
Mary Red — 23-11-2013
Empresa — MIZAKE PRODUCCIONES
Sala — Velvet Club / Malaga
Fotografía — Víctor Hernández

Perro y Trinidad, además de dos sustantivos sencillos y ruidosos, fueron las dos bandas protagonistas el sábado en la recién inaugurada sala Velvet de Málaga.
A eso de las once de la noche los Trinidad aclaraban la voz y sacaban guitarra, bajo y batería para hacerse oir sin contemplaciones por todo el lugar. Lo que nos inyectaron fue una sorprendente dosis garajera que era esperada y desde luego, fue bien recibida. Si su papel era ejercer de anfitriones, se excedieron en sus funciones descaradamente y para bien.
Llegó el intermedio, breve y fugaz.

Sin tiempo a que el frío entrara por la puerta, los cuatro de Perro saltaron sobre el escenario dispuestos a ladrar y morder. Y la primera impresión no fue otra que la que quedó al final: actitud punk bien puesta, postureo cero y salvajismo prometedor.
Empezaron el setlist con “Gran ejemplo de Juventud”, la primera del nuevo disco que venían ‘formalmente’ a presentar, “Tiene bacalao, tiene melodía” (Miel de Moscas/Gran Sol, 2013).

“¡Viva el Porras!”, “Calculadora Troglodita”, “Larry no come” o “Catán” sirvieron para llenar abruptamente la sala mientras ellos pedían más volumen y no dejaban hueco para la charla. Llegó "Chino, tío" y con ese acento y maneras tan propios, nos contaron que nació como mutación de una expresión muy utilizada en Murcia, su planeta de origen. Pero sin duda las culpables de que se dejaran ir completamente fueron “Camiseta”, “La reina de Inglaterra”, “El Ecco y el Equiseto”, “Marlotina” y “Paco fiestas” y no precisamente por ese orden. Con ellas nos contagiaron la rabia y las ganas de bailar sin saber muy bien por qué. El final llegó, y justo antes de irse, nos dieron a elegir una canción de su EP ”Singles brasileñas” por haber sido un público tan maravillosamente desordenado y complaciente: ¡¿Qué queréis “Bicicleta” o “Popera”?! Por petición popular fue la segunda la que nos despidió de estos chicos hasta nuevo aviso.

La conclusión es que a Perro no se le puede poner una única etiqueta, aunque sus influencias puedan ser evidentes a primera vista: Punk, indie pop noventero, shoegaze, noise, ¿kraut?, ... quedarse sólo con una sería una pena y faltar a la verdad. Desde luego, lo suyo me parece toda una lección de espontaneidad que empieza a ser muy necesaria, con este exceso de pose y medida que sufre el panorama musical actual.
Para experimentarles en su estado más puro, las instrucciones son realmente sencillas: ir, disfrutar, bailar y volver a casa sin pensar en nada.

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