Moby y compañía, en la intimidad, rompe todos los esquemas
Conciertos / Moby

Moby y compañía, en la intimidad, rompe todos los esquemas

9 / 10
Sergio del Amo — 22-07-2009
Empresa — Doctor Music
Sala — Palau de la Música de Barcelona
Fotografía — Susana López

Teniendo en cuenta que el último trabajo hasta la fecha del neoyorquino, “Wait For Me”, supone una patada en toda regla a la vertiente publicitaria mainstream que desde hace años ha explotado, lo cierto es que minutos antes de su única actuación en España uno esperaba encontrarse con una orgía ambient ideal para ahuyentar al populacho. Craso error. Acompañado de un trío de cuerda y su habitual
banda, Moby aprovechó la ocasión para darse un baño de masas tirando de un repertorio que no dejó en el tintero ninguno de sus clásicos atemporales como “Porcelain” o “Lift Me Up”. Abriendo la brecha con su single anti-comercial “Shot In The Back Of The Head” (una de las pocas licencias que se ha permitido en su reciente largo, junto a “Wait For Me”, “Jtlf” o “Mistake”, que ganó varios puntos tanto en fuerza como efectividad respecto al disco), Moby nos sorprendió de buen grado convirtiendo el santuario de Domènech i Muntaner gracias a “Go” en una rave de las cuales antaño frecuentaba a tiempo completo ganándose las primeras alabanzas del respetable.

Tirando a lo seguro (lo cual es de agradecer en un artista cuya discografía, llena de altibajos, ha mamado de la vertiente más electrónica pasando por el pop de radiofórmula), y recordándonos porque “Play” se ganó las alabanzas de medio globo por méritos propios, “In This World” (con una más que merecida ovación a esa bestia parda de corista que le acompaña cargada de blues por los cuatro costados y unas portentosas a la vez que envidiables cuerdas vocales), “Natural Blues” o “We Are All Made Of Stars” no solamente se vieron beneficiadas de la magnífica acústica del recinto, sino del público participativo a no más poder que únicamente ocupó sus asientos en los momentos más sosegados previos al chorreo de greatest hits que se marcó uno de los calvitos más célebres de la industria. La versión de “Walk On The Wild Side” puso la guinda a una velada intimista pero cargada de júbilo que no hizo más que ratificar que Moby, fuera de las experimentaciones e idas de olla infumables que de vez en cuando se gasta, sabe ofrecer cuando toca lo que todos le pedimos. Y nosotros que nos alegramos.

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