Cuando la flor se abre
Conciertos / Fuel Fandango

Cuando la flor se abre

8 / 10
Esther Al-Athamna — 24-01-2017
Empresa — Inverfest
Fecha — 20 enero, 2017
Sala — Teatro Circo Price
Fotografía — Andrés Abella

Madrid, está profundamente enamorada de Fuel Fandango. Parecía imposible que volviera anunciarse un “sold out” en el teatro Circo Price cuando solo dos meses antes sucedía lo mismo en la Riviera. Su último trabajo Aurora sigue levantando pasiones y sobre todo convenciendo con un directo sólido, redondo, bien hilado, que trasciende para convertirse en otra cosa. Señoras y señores: esto no es un concierto ¡Es una fiesta!

Un comienzo preciosista y delicado con el acústico de Fragile y Today no pudo contener a un público que decidió prescindir de las butacas para ponerse en pie y bailar desde los primeros acordes de El viento. El flamenco más puro llegó de la mano de la guitarra de Dani de Morón con Not True, aunque hubo poca tregua para el descanso, el teatro se venía abajo con New Life y una Nita que sigue embrujándonos con su energía, su belleza y sobre todo con una voz cristalina que no se quiebra ni durante sus saltos y taconeos. Su complicidad con Ale Acosta les hace brillar tanto en el escenario que no les haría falta el espectacular juego de luces y láseres, que les acompañan. La primavera sería interpretada en dos partes, una en su versión normal y otra en su versión más electrónica con Ale solo en el escenario. La sorpresa de la noche llegó con el Todo y la nada y un Niño de Elche en carne y hueso que se fundía en agudos con Nita. La felicidad a estas alturas se nos salía por los poros de la piel, pero aún quedaba una metralleta de “olés” y saltos con Toda la vida soñando, Shiny soul y Nature.

Los bises corrieron a cargo de Medina que no contó con Estrella Morente (ya hubiera sido el delirio) pero sí volvió a contar con la guitarra de Morón, Always Searching y una Nita desatada, que se desbordaba de si misma y gritaba y bailaba y saltaba hasta perder las flores de su moño. El final con Salvaje, no podía ser de otra manera, nos dejaba con ganas de más, era imposible irse a casa después de aquello. Como dos enamorados que se regalan poesías y no quieren separarse: “Cuando la flor se abra y entre la luz por tu ventana, ya llega la mañana, la primavera”

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