En familia
Conciertos / Clownia

En familia

8 / 10
Gaspar Tarrida y Don Disturbios — 03-07-2019
Empresa — Èxits Management
Fecha — 23 junio, 2019
Sala — Recinto Festival Clownia
Fotografía — Juli Salvado

Por sexto año consecutivo, el festival Clownia ha llenado de actividades y música el pueblo de Sant Joan de les Abadesses (Girona), doblando su población con una oferta pensada para un público familiar. Y es que ya desde su primera edición, la voluntad del Clownia ha sido ofrecer una programación variada, basada en los grupos 'mestizos' catalanes más populares entre los adolescentes y jóvenes del país. Es, sin duda, uno de los mejores eventos para iniciarse en el mundo festivalero, dada su medida abarcable, situarse en un lugar tranquilo y una oferta que permite corear canciones ya aprendidas a base de mil y una repeticiones juveniles.

No se si cabe calificar de novedad el que este año no actuaran los promotores, Txarango, ya que se encuentran en pleno periodo de descanso, aunque sí lo hicieron Oques Grasses quienes, visto lo visto, se van a convertir sin duda en los grandes protagonistas de este verano a falta de Alguer y sus muchachos. Y lo harán gracias a temas de su último y exitoso trabajo como “In The Night”, “Sta guai” o “Torno a ser jo” y otros infalibles de su discografía como “Els passos importants” o “Sexy” que hicieron las delicias de los allí congregados. Su puesta en escena es impecable, y el vestuario inspirado en el belga Stromae, resulta cuando menos curioso. La única pega que le pondría a su show es que, en lugar de finalizar con un tema que desatara la euforia, lo hicieron con la bella e íntima “Deixa”. Canción que nos dejó con una sensación de bajón, que no se corresponde con el resto del bolo. Y máxime si a lo largo de él, demuestran que su música festiva se escapa de los parámetros habituales del género, y tiene un evidente sello de personalidad que los hace únicos. Por eso a veces resultan menos accesibles que otros compañeros de escenario. Y sí, me estoy refiriendo a Buhos, y a Dr. Prats, dos combos que garantizan un buen rato de euforia, diversión y desenfreno, pero que carecen de ese hecho diferencial que sí tienen los Oques Grasses. Vale que temas como “Volcans” de Buhos o “Caminem Lluny” de los Doctor son, con sus estribillos coreables y sus crescendos algo facilones, píldoras infalibles a la hora de levantar al respetable más joven, pero provocan un más que evidente arqueo de ceja entre los más veteranos. Seguro que estos últimos, disfrutaron mucho más de la propuesta combativa y guitarrera de unos Mafalda que salieron a comerse el escenario con su crossover rap-metal. El mismo que va de RATM a Def Con Dos en clave feminista. Quizás la única pega es que en ocasiones las tres voces (2 femeninas y una masculina) resultan algo endebles ante la cascada de riffs a la que se enfrentan, excepto cuando Marcos decide adoptar  un tono gutural más acorde con su metal.

Al día siguiente las riadas de jóvenes que acudían desde el camping a la llamada de los primeros acordes de Itaca Band, demostraban que los de Montcada eran el plato fuerte de la noche. Antes los colombianos La 33 habían desplegado todo un derroche de profesionalidad y técnica con el que demostraron como debe tocarse la salsa, el boogaloo, el merengue y la rumba, mientras que Green Valley no acababan de levantar un show que se me antojó bastante plano. Por su parte Itaca Band ya puede empezar a considerarse, gracias a temas ganadores como “Temerario” o la radiofónica “Apropa't”, un valor en alza a tener muy en cuenta dentro del genero verbenero. Ya nadie duda de que cada vez están más cerca de la triunfal estela de bandas mayores como La Pegatina. Aunque, si hubiera que ponerle una pega a su actuación, sería que en ocasiones la voz de Albert García sonó demasiado rota y endeble. Pero por lo demás todo resultó de ensueño en una actuación que el grupo recordará con cariño, pues abre una nueva etapa en su esperemos larga trayectoria. Tras ellos, faltaba la guinda del pastel, aunque quizás debería hablar más de guindilla, ya que todo el picante estaba en sus manos. Tremenda Jauría salieron algo tímidas, si es que esta palabra tiene cabida en su peculiar diccionario, pero fue dejar los instrumentos a un lado, y empezar a rapear diamantes ganadores como “Con tol deskaro”, “Esta noche”, la maravillosa “Morir Matando” o el inefable broche con “Akelarre”, que la cosa ya cobró la energía necesaria para levantar a los cadáveres que habían llegado hasta tan altas horas de la madrugada. Sin duda su actuación hubiera merecido una hora mucho mejor en la que además hubieran contribuido a desengrasar al personal de tanto pito, conga y timbal.

Por las tardes era el momento de los mayores y de la familia, con la elegancia de los cantautores catalanes Joan Dausà y Judit Neddermann, las versiones de Bob Marley de Natxo Tarrés y un guiño a los abuelos y abuelas con la veterana Companyia Elèctrica Dharma. También se pudieron disfrutar de las interesantes propuestas de compañías de circo venidas desde Nairobi (Mighty Jambo, Kenia) y Rio de Janeiro (Circo No Ato, Brasil), que con su circo social, que aúna el trabajo comunitario con el arte de las acrobacias, construyen espectáculos de gran impacto visual y crítica social. Ésta es una parte del festival que pasa desapercibida a los jóvenes y adolescentes, que esperan poder cantar los éxitos del verano, pero no para ese otro público familiar de parejas con niños pequeños que llena el recinto buscando actividades infantiles (payasos, talleres de circo, juegos, maquillaje…).

A la misma hora, bajo una canícula bestial, fuera del recinto tenía lugar otro festival, l’Espai Consciència, que quiere fomentar un pensamiento crítico que transforme la realidad. Las charlas sobre soberanía alimentaria, cambio climático (¡quién no toma conciencia con ese calor insoportable!) y represión de Estado a raíz del 1 de octubre, y la feria con paradas de multitud de diversas luchas sociales son una apuesta especial de Txarango para dar contenido al festival Clownia.

El festival empieza y termina en el centro del pueblo, abierto a todo el mundo (¡esto es importante!) y las encargadas de abrir el jueves por la noche fueron las chicas de la Balkan Paradise Orquestra, que con su fanfarria de metales dieron el tono de la fiesta. Les siguieron nuevas propuestas del hip-hop y el trap con Lildami y las combativas Pupil.les con acento “valencià”. Las sesiones matutinas del viernes y sábado fueron protagonizadas por Joan Garriga y la repetición, un año más, de la cita con la Orquestra Di-Versiones, dejando espacio para el veterano Tremendu y los noveles Segonamà. El cierre lo dieron Strombers y su ska popular, después de una comida popular multitudinaria con más de 1200 raciones de paella solidaria.

Este es un festival muy familiar que consolida una oferta variada de circo, pensamiento y música, aún poniendo en riesgo el interés de su cartel musical principal, que esconde algunas propuestas muy interesantes, que intenta asumir las contradicciones de nuestro mundo y que tiene una medida muy abarcable.

 

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