Jugando en otra dimensión
Conciertos / Él Mató A Un Policía Motorizado

Jugando en otra dimensión

8 / 10
Karen Montero — 17-12-2019
Empresa — Eventos MPH, Producciones Animadas, Genco Music
Fecha — 14 diciembre, 2019
Sala — Estadio Malvinas Argentinas, Buenos Aires (Argentina)
Fotografía — Mili Panadeiros

Él Mató A Un Policía Motorizado ya han convertido en tradición lo de dar un concierto en diciembre en Buenos Aires para cerrar el año. Esta vez, sin embargo, la actuación era más especial que la del 2018: presentaban su nuevo disco “La otra dimensión” (Autoeditado/El Segell, 19) por primera vez ante el público. Unos asistentes que parecían llegar al Estadio Malvinas Argentinas de Buenos Aires como si de feligreses del indie se trataran, yendo a su cita anual con la banda. En la pista no cabía ni un alfiler: tras quince años de trayectoria musical, se han convertido en los principales referentes del indie argentino. Los asistentes se impacientaban un poco al ver que pasaban quince minutos de las nueve de la noche, hora en que teóricamente empezaba el concierto. Los de La Plata finalmente salían al ruedo del escenario y, sin presentarse, prendieron la mecha con ‘Buscando Más Allá’, la canción que inaugura su último disco. Al terminarla, Santiago Motorizado agradecía al público su asistencia.

En estos tradicionales conciertos, la banda hace un repaso de toda su trayectoria musical y va de lo más nuevo a lo más inicial y mítico de su carrera. En este caso, dos horas y cuarto de concierto valieron para comprobar lo bien que funcionan sus nuevas canciones en directo y cómo las de anteriores discos son ovacionadas a nivel total. Él Mató siguió con “El fuego que hemos construido”, de su disco de 2012 “La dinastía Scorpio”, con un solo de bajo que Santiago Motorizado, el cantante y bajista de la banda, presidía con seguridad y maestría durante los siete minutos de duración de la canción. El público porteño se vino arriba al instante, saltando sin parar, haciendo bodysurfing en varias ocasiones e incluso generando pogos, que seguirían hasta el final del concierto, a eso de las once y media de la noche.

La del 14 de diciembre se convirtió en “La noche eterna”, título de la cuarta canción que la banda tocó antes de que Anabella Cartolano, de Las Ligas Menores, saliera al escenario para cantar junto a Santiago “La casa de las luces”, y sería la única invitada que saldría en todo el concierto. La voz de Ani confluyó perfectamente con la del cantante de Él Mató y juntos hicieron vibrar el estadio entero. En un momento de la canción, las luces del escenario se apagaron para enfocar especialmente a los gráficos de estrellas y galaxias del universo, alegando así al título de la canción. Una preparación visual y de puesta en escena que les valió aplausos larguísimos del público. Las guitarras también tuvieron un papel fundamental en todo el concierto. Lideradas por Guillermo Ruiz y Gustavo Monsalvo, tuvieron la oportunidad de hacer solos ante los cuales el público enloqueció todavía más.

Han necesitado quince años para confirmar el éxito de la música autoeditada en la Argentina, algo en lo que muchos no creían en esos momentos. Fueron pioneros en el sector y promovieron el auge de Laptra, el sello de autoedición por excelencia del indie argentino que ha publicado los nombres principales del género, como Las Ligas Menores, Bestia Bebé o 107 Faunos. Los cantos al unísono del público no tardaron a llegar con canciones como “El perro”, uno de los hits de su nuevo álbum que, a pesar de ser muy nueva, los fans ya conocían a la perfección.

“Alberto presidenta”: A pocos días después de la asunción presidencial de Alberto Fernández como dirigente del estado argentino, el público del concierto, mayoritariamente peronista, gritaba este lema tras finalizar “La celebración del fuego”. Un himno que da visibilidad a las políticas de género que el mandatario ha prometido aplicar y que sustituye al “Macri, la puta que te parió” que se venía escuchando en los últimos años. Pero en el concierto también se vieron otras novedades, como el sonido eléctrico que cobraba fuerza en varios momentos del concierto. Pese a la larga duración del concierto, el público ni se inmutaba por ello y vivía la música a flor de piel, sin cansarse. Fueron especialmente bien recibidas hits como “Destrucción”, de su penúltimo disco “La síntesis O’Konor” o “Yoni B”, de “La dinastía Scorpio”.

Año tras año, la banda madura y evoluciona hacia un sonido único e intransferible. La puesta en directo de Él Mató mejora a cada concierto que dan y sus fans no dejaron de bailar sin parar para celebrarlo, sin cansarse ni un segundo durante todo el recital. En la recta final, el conjunto argentino tocó cuatro de sus canciones más famosas, empezando por “Ahora imagino cosas” y acabando con “Mi próximo movimiento”, de su disco de 2008, “Día de los muertos”, con toques más rockeros que los nuevos álbumes. La música se entremezclaba con gráficos de una nave espacial mirando la Tierra desde el espacio exterior, una referencia al nombre de su último disco. Y también con gráficos de un niño y un hombre disfrazado de bestia, que en la última canción salieron al escenario a bailar con una pancarta en la que podía leerse “Gabba Gabba Hey”, en honor a la canción de Ramones. Él Mató jugaron en casa, pero desde el sábado se confirmó que ya juegan en otra liga.

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