“El valor del arte y de la música no pasa por recibir premios”
Entrevistas / Él Mató A Un Policía Motorizado

“El valor del arte y de la música no pasa por recibir premios”

Fran González — 20-07-2023
Fotografía — Archivo

Mientras que para muchos la pandemia suena a agua pasada, para otros las consecuencias de ésta todavía colean con fuerza. Una repercusión vital y emocional que los argentinos Él Mató A Un Policía Motorizado se han encargado de retratar, sin pudor ni embarazo, en su nuevo trabajo titulado “Súper Terror” (Primavera Labels, 23).

La banda viene de ser reconocida con el Grammy Latino a Mejor Álbum de Rock por su anterior incursión, “Unas Vacaciones Raras” (Primavera Labels, 21); sin embargo, lo que más les congratula comprobar es cómo logran seguir calando en su base de seguidores con cada disco nuevo que nos entregan, consiguiendo así que sus pesquisas, del todo sentimentales y personales, se tornen colectivas y pluralmente interpretables. El propio líder y compositor principal de la formación platense, Santiago Barrionuevo, nos recibe para contarnos más sobre el contexto que ha originado su nuevo álbum de estudio.

Súper Terror” contiene sentimientos muy reflexivos y existenciales que me han retrotraído a la pandemia, ¿era vuestra intención?
No nos avergüenza reconocer que es un disco muy a rebufo de lo que vivimos en la pandemia. Fue un periodo de nuestra vida que nos atravesó a todos, y a fin de cuentas eso ha hecho que nos sintamos muy unidos también. No escribí pensando en la pandemia como tal, pero sí lo hice pensando en las consecuencias vividas a raíz de ésta, ya que sin duda supuso un cambio del todo radical en mi vida. Hay mucho de eso en el disco, y lo que tiene éste de diferente con respecto a otros es que muchas de las ideas sonoras que ahora quedan reforzadas en “Súper Terror” llevaban mucho tiempo siendo trabajadas en mi celular, en forma de maquetas y bases grabadas. Pero definitivamente, todo el trabajo de letras fue post-pandémico, y de forma irremediable, eso se termina notando en el resultado final.

"Nos gusta mucho lograr dar con ese juego en el que cada uno se apropia de las canciones y piensa de éstas lo que quiere"

También hay mucha melancolía contrapuesta con cierto toque de esperanza, ¿prevalece alguna sobre la otra?
Creo que tiene un poco de las dos cosas. Recuerdo perfectamente cuando estábamos grabando los últimos arreglos de “La Síntesis O’Konor” que, mientras apurábamos algunas ideas, sentí un enorme vértigo de timidez y dije, “eh, paradlo todo, esto se siente demasiado melancólico” [risas]. Así que pensé para mis adentros que el próximo disco tendría que ser mucho más luminoso, pero es evidente que fallé y de nuevo volví a esa melancolía que me caracteriza. Aún así, creo que en este disco, a diferencia del anterior, asoma con más evidencia un cierto aire esperanzador que lucha por prevalecer. La melancolía tiene un peso muy importante, pero esta vez diría que he logrado ir un poco más allá.

Bueno, es que hablamos de un disco que arranca con un tema titulado “Un Segundo Plan”. ¿Crees que la vida siempre se guarda un as bajo la manga para todos?
Bajo mi punto de vista, creo que sí. También es cierto que gozo de una posición muy privilegiada y más si consideramos la desigualdad latente que hay en mi país. Por ello estoy muy agradecido de que el universo siempre esté dispuesto a ofrecerme un segundo plan, como dice la canción. Recuerdo que cuando empezamos a tocar creíamos que solo había un camino a seguir, alternativo y diferente, pero con muchas limitaciones al fin y al cabo. Sin embargo, y después de que la banda creciera, empezamos a disponer de ciertas herramientas para tener a nuestro alcance más posibilidades. Tampoco me atrevería a decir que todos tenemos siempre un segundo plan, pues obviamente depende mucho del contexto de cada uno. A día de hoy sí que lo siento así, pero mañana quién sabe.

También es importante mencionar que éste es el primer trabajo que nos entregáis tras haber recibido el Grammy Latino a Mejor Álbum de Rock, por “Unas Vacaciones Raras”. ¿Habéis sentido cierta presión a la hora de volver a componer después de haber tocado ese techo?
Presiones siempre tenemos, pero éstas nunca tienen nada que ver con los premios que recibimos. Sin restarle valor al reconocimiento recibido, por supuesto, esto fue algo que celebramos en la intimidad y sin demasiados aspavientos. A fin de cuentas, se sintió más como un reconocimiento a toda la trayectoria de la banda más que al proyecto en sí por el que se nos premiaba. Eran canciones antiguas y regrabadas para la ocasión, y casi como que no me lo terminé de creer demasiado, qué se yo. Lo que sí que nos gustó mucho fue recibir el cariño de nuestros seguidores, que se alegraron enormemente de vernos ahí, algo fuera de contexto, pero contentos por estar sujetando la estatuilla. A decir verdad, cualquier presión que podamos tener pasa más bien por lograr encontrar algo nuevo a nivel sonoro que llegue a buen puerto para satisfacer precisamente a nuestros seguidores. El tratar de superarnos, contando algo distinto. Ya sabes, ese reto por cumplir con las expectativas, pero sin caer en la influencia de éstas. Seguir haciendo las cosas con sinceridad y desde nuestro lugar, pero tratando de estar por lo menos a la altura, es el mayor desafío que como banda podemos afrontar. En cuanto a lo otro, simplemente nos gusta reforzar la idea de que el valor del arte y de la música no pasa por recibir premios. Justo la gracia de esto es que son ámbitos que no tienen nada que ver con ganar o perder.

Interesante que menciones a vuestros seguidores, pues volviendo al disco, es curioso lo fácil que le supone al oyente medio conectar con vuestro relato, aún siendo éste del todo personal y propio.
Para mí es importante que todas las letras tengan a su vez un cierto margen de interpretación, en tanto que el receptor pueda ponerle a éstas su particular significado y experiencia. No solo como creador, sino como consumidor de arte también me interesa que esto sea así. Procuro escribir sobre cosas que me interpelan profundamente y obvio que me costaría mucho más hablar sobre temas que me son ajenos, por eso mis canciones nacen de lugares muy personales, como decís vos. Sin embargo, siempre trato de recorrer ciertas ideas sin nombrarlas de forma explícita. Busco que las letras cobren vida propia, comenzando con un disparador concreto y dejando que poco a poco la narración lleve al oyente a otros puntos. Es ahí donde se genera ese margen del que te hablaba y es entonces cuando nos llegan interpretaciones de todo tipo por parte de los oyentes. Algunas esperables y otras que, desde luego, no lo son. Me divierten más las que no lo son, claro [risas]. Nos gusta mucho lograr dar con ese juego en el que cada uno se apropia de las canciones y piensa de éstas lo que quiere.

"Somos como hermanos, y aunque pasemos mucho tiempo separados, tan pronto como nos juntamos de nuevo nuestro sentido del humor común reflota otra vez"

Pues mira, ya que lo mencionas te diré que “Medalla de Oro” me parece una canción crítica y anti-capitalista genial. ¿He acertado con esta lectura?
No vas desencaminado, no. Lo cierto es que “Medalla de Oro” es una canción de ruptura, como tantas otras que hay en el disco, pero en medio de esta temática quería hablar un poco de eso que mencionas, e ir un paso más allá. Me choca mucho que en un país como el mío, donde la gran mayoría de los jóvenes son prácticamente pobres, continúa reinando entre estos la idea de arengar el éxito. Un éxito basado en el dinero, en seguidores en redes sociales y en cosas superficiales donde, a fin de cuentas, tratan de proyectar aquello que no tienen y desean. Por eso me sentí inspirado para lanzar ese mensaje que dice, “mira, no vas a ser millonario” [risas]. Ni vos ni yo. Tendrás muchas visitas y followers, pero no serás millonario. Y no es un sentir que solo se perciba por parte de los artistas que tratan de convencernos de que lo que hacen es algo cool, sino que es algo que vivimos en nuestro día a día entre gente de nuestro entorno más cercano y a través de las redes, de las estadísticas, del impacto de los likes, de la repercusión… Es algo que por desgracia ya está impreso en la dinámica de nuestras vidas y en lo cual caemos todos, yo incluido.

Con vuestros últimos temas también apreciamos una renovada intención a la hora de cuidar la parte audiovisual de los mismos. ¿Hasta qué punto os involucráis en la realización de los videoclips?
Mucho, sin duda. Es algo que nos divierte bastante hacer y siempre nos gustó realizar ideas para guiones y cosas así. Al principio no teníamos los recursos necesarios para llevarlas a cabo y muchas ideas se quedaban simplemente en eso, pero ahora que con el tiempo gozamos de un cierto margen de acción, más holgado y generoso, procuramos siempre tener cuidada esa parte de nuestro trabajo. A decir verdad, es algo que hacíamos desde nuestros orígenes, incluso cuando no era algo demasiado frecuente. A principios de los 00s, por lo menos en Argentina, lo de sacar videoclips se sentía como una cosa rara o retro. Ahora es mucho más común, claro, y como te decía, para nosotros supone una oportunidad muy buena para dejar ir nuestro lado más peliculero y comprometernos con cada guión, siempre ayudados por maestros que sí que saben hacer esto bien.

Es curioso que menciones vuestros orígenes, pues como bien sabrás vuestro debut cumplirá el próximo año dos décadas de edad.
Así es. Como te decía antes, nuestro secreto para llegar hasta aquí ha sido el hecho de haber querido llevar el proyecto siempre a un lugar mejor. Nos motivó mucho comprobar que con cada disco nuevo, lográbamos que éste se escuchara más que el anterior, y eso nos permitió mantener viva la buena vibra del primer disco después de tantos años. Guardo muy buenos recuerdos de aquella época. Era todo muy divertido y muy expectante, sin pensar demasiado en el plano real de nuestras acciones y simplemente disfrutando de las sesiones de grabación. Previamente, solíamos tener muchos conflictos a la hora de ponernos de acuerdo y sacar música, pero cuando logramos quitarnos de encima ese particular peso, todo fluyó de una manera magnífica. ¿La clave? Te diría que el buen humor. Los cinco, incluido yo, somos unos payasos frustrados. Somos como hermanos, y aunque pasemos mucho tiempo separados, tan pronto como nos juntamos de nuevo nuestro sentido del humor común reflota otra vez. Luego paso un tiempo que no los quiero ni ver de nuevo [risas], pero sin duda nuestro humor ha sido crucial para mantener una convivencia sana entre todos

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