Built To Spill, redefinir la felicidad
Conciertos / Built To Spill

Built To Spill, redefinir la felicidad

8 / 10
Jorge Ramos — 03-09-2013
Empresa — Houston Party Records
Sala — La Paqui (Antigua sala BUT), Madrid
Fotografía — Mariano Regidor

Para bien o para mal, son referencia de un sonido y una época muy concretos y así se les verá siempre, porque ayudar a refundar todo un lenguaje nunca deja de ser reseñable. Pero lo cierto es que Built To Spill siguen a lo suyo, que es sacar discos que puedan mirar a los ojos a cualquier lanzamiento del mismo año y, cuidado, repartir de lo lindo en sus conciertos. Recordemos, hay trabajos suyos en tres décadas diferentes, y nunca flaquean. Sí, en directo reparten y parece que apunten los nombres. Esta para ti, esta para ti. Te hacen pasar un mal rato si tratas de pensar en conciertos mejores a los que hayas asistido últimamente. Mientras tanto, quienes nunca van a verles siguen diciendo que es porque suelen dar una de cal y otra de arena.

Con su mochila al pie del escenario y luciendo una imbatible camiseta de los Portland Trail Blazers que debió de adquirir cuando Clyde Drexler empezó a dejarse bigotillo, Doug Martsch sonríe para sí cuando (en no pocas ocasiones) se equivoca de acorde o no recuerda parte de la letra. Durante la actuación, dirige a la banda con breves señales, acompasa el cuerpo a medida que las intensidades suben o bajan, disfruta cada vez que el invade la sensación de tener a su alrededor a un grupo en extrema conjunción. Contaba recientemente que de repente, hace un año, Jason Albertini (bajo) y Steve Gere (batería) estaban ahí, tocando en la banda. Brett Netson, antes al bajo, y Jim Roth a las guitarras completan la nueva alineación.

Anuncian nuevo lanzamiento para antes de finales de año, pero esta noche poco o nada tenemos de lo que será su octavo disco. Vertebrada en sus partes clave por títulos de "Keep It Like a Secret" ("The Plan", "You Were Right" y apoteosis prebises con "Carry The Zero"), la actuación es un repaso por momentos de toda su discografía. La apertura a modo de chequeo de líneas con "Going Against Your Mind", de "You In Reverse", establece las normas que rigen durante la hora y media siguiente. Un sonido justito de volumen y pegada, pero suplido con creces por una dinámica apabullante. "Stab", "Liar" o la ufana "Fly Around My Pretty Little Miss" se suceden entre pausas para afinar y comentar la jugada. Si se rompe una cuerda, se cambia en el escenario. Ni un solo gimmick, ningún bridis al sol, canción, afinar, canción, afinar. Tan cerca del vitalismo atropellado de R.E.M. como del fluir melódico de Neil Young, siempre con el ángulo de sus coetáneos Pavement y a veces tan expansivos como la idea de los mejores Flaming Lips.  Es Built To Spill un grupo que dignifica una cierta aproximación al hecho de hacer música, sacar discos y girar. Ya se ha dicho, si quieres disfrutar, lo vas a hacer, pero ellos ponen las normas. Se acerca el final. En los bises, además de "Big Dipper", suenan “(Don’t Fear) the Reaper", de Blue Öyster Cult (Martsch anda obsesionado con la frase "redefine happiness"), y "How Soon Is Now", de The Smiths. El concierto termina, Martsch recoge su mochila y sale del escenario con la toalla en la cabeza. Nunca hemos sabido si la buena es la de cal o la de arena, pero ésta ha sido una de ellas.

Un comentario
  1. Bravo Jorge! Muy buena crónica!

    Fdo. El de las fotos

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