La JOIA de Barcelona
Conciertos / Bad Gyal

La JOIA de Barcelona

8 / 10
Eva Sebastián — 13-02-2023
Empresa — Doble Cuerpo
Fecha — 11 febrero, 2023
Fotografía — Christian Bertrand

Recuerdo perfectamente la primera vez que escuché Bad Gyal. Principios de 2016, en una cocina entre cubatas de garrafón, una colega me contaba que la tía que les hacía las uñas, iba a hacérselas la semana que viene a una chica, un par de años más pequeña que nosotras, para su segundo videoclip. “¡Escucha!”. Sacó el móvil y le dio play a un audio de whatsapp. “T’ho juro, lo va a petar. Luego todas las modernas os subiréis al carro.” Cortocircuité, me obsesioné, nunca había escuchado nada así. Hechos sobre la mesa, siete años después, la shawty se reportó en su primer sold out en el Palau Sant Jordi.

Este pasado 11 de febrero de 2023, el pussy que mana tomó el escenario para poner a un ejercito de gals and gays a mover el culo com si no hi hagués demà. Una fiesta para exigir vivir nuestro goce en su totalidad, sin pedir perdón. Lo que en 2019 se anunció como el fin de gira de Bad Gyal Soundsystem, se convirtió en el principio de una nueva era. Nueva escenografía, nuevos bailarines, un puñado de temas inéditos, mucho fuego y un nivel de cardio para el que pocos están a la altura.

Si una cosa sabe hacer Bad Gyal desde hace años, es jugar a favor de sus fans. No había otra manera de salir que con me reporto en tu zona. Fue empezar y no parar: “Slim Thick”, “Pussy”, “Su payita”, “Gasto”. Vestida con un conjunto de mesh negro con pedrería y botas de pelo a conjunto, la catalana nos ofreció más de treinta canciones –en las que no faltaron la recién salida “Chulo”, ni su colaboración con Quevedo– en una hora y media de show. De las pocas veces que se dirigió al público, lo dejó claro “vamos a montar una fiesta, que se me da mejor que hablar”. Los hits no pararon, porque solo tiene hits. ¿El único momento problemático? Poner el audio de Kafu Banton durante “Bom Bom”. Pero se la perdona rápido. Después de “Aprendiendo del sexo”, hizo levantar los flashes del recinto y anunció su nueva era: “La Joia”. Clar i català: un nuevo álbum, del que adelantó hasta un tema con Nicki Nicole.

En un punto, se podría haber pensado que el show se hacía monótono, pero la entrega del público era absoluta. Cada canción era como asistir a misa. ¿”Zorra”? Nuestro himno. ¿”Flow 2000”? El mantra por el que nos regimos. ¿”Santa María”? A la única a la que se le reza. Pero el que podría haber sido el momento más emotivo jugando en casa, quedó algo corto, cantando solo treinta segundos de “Yo sigo igual”.

Y cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, y tocaba recoger, la tía sacó su segundo look de la noche. Con “Lo prendo” parecía pegarle fuego a la pista. Por las pantallas, estrictamente verticales –¿cómo hacerlo de otra manera en 2023?– la veías sonreír, mirando el Sant Jordi con la seguridad de que lo que estaba sucediendo no era casualidad, sino el resultado de años de trabajo y esfuerzo. Poco queda de la Alba que paseaba por al escenario cubata y un porro en mano. Ahora de su Coperni no saca un blunt, sinó un gloss. Es una estrella preparada para tomar el mainstream. La traca final fue una fiesta que pocas veces se ha dado en este recinto. El tándem “Alocao” + “Fiebre” la proclamó como toda una diva, una estrella, la ama y señora de la fiesta de esta ciudad. Poco más quedaba por decir, si se es la más pegá de España, se es, y punto.

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