Una noche soleada
Conciertos / Adiós Amores

Una noche soleada

8 / 10
Oswald Tanco — 07-05-2024
Fecha — 03 mayo, 2024
Sala — Txintxarri
Fotografía — Javier Escorzo

La temporada de conciertos está en sus postrimerías y con la vista puesta ya en los grandes eventos estivales . Sin embargo aún hay ocasión para los conciertos de pequeñas grandes audiencias como los que nos trae el bar de la calle San Lorenzo. Uno de los platos fuertes de esta temporada para Txintxarri era la visita del dúo convertido en banda para los directos Adiós Amores.

Iman Amar y Ana Valladares llevan desde la publicación de “El Camino” (Sonido Muchacho, 2023) conquistando al público con ese pop tan deudor de las músicas añejas de la piel de toro. Había expectación por saber como iban a llevar ese disco con esa variedad de matices de psicodelia, poso naíf y yeyeísmo a un directo.

Abrieron la noche Izeta, grupo conformado por artistas no nacidos pero alineados para la propuesta artística en Granada. De un tiempo a esta parte parece que el pop empieza y termina en la ciudad de la Alhambra. Virginia Sainz y Santi Izeta son los fundadores de este proyecto artístico que en directo se convierte en un conjunto musical etéreo en el que demuestran que se puede llegar lejos aun careciendo de batería. Su delicado pop deudor de los grupos primigenios del indie al estilo Sarah Records gana en las pequeñas distancias. Las guitarras envolventes y el sonido melancólico en ocasiones cercano a la bossa nova como en la deliciosa “Arena y Sal” dejó muy buen sabor de boca a los presentes.

Llegaba el turno de Ana Valladares e Iman Amar, Adiós Amores. Estas dos artistas han conseguido confeccionar un discurso pop en relación directa con las músicas de los 60 y los 70, en la que su imagen cuidada ya desde el diseño de su disco y los videoclips y esa sustancia retro, pero fresca y alejada de revisionismos les ha dado buenos resultados. Con un Txintxarri con todo el papel vendido se presentaron en formato banda con 5 integrantes que conformaban el equipo que llenaba la tarima del local, formado por dos guitarras, teclado, batería y bajo.

Comenzaron con el ritmo country de “El Camino” y la tan cercana a Las Grecas “La Culpa”, mostrándose en todo momento simpáticas y agradecidas por el trato y la gran afluencia de público. “Te sabes todas las canciones, un aplauso para ti, esta siguiente te la vamos a dedicar” le espetaba Iman a un seguidor de primera fila para seguidamente armar el ritmo cumbiero de “La Serpiente”. Y es que estas son las cosas que permiten los conciertos de pequeños espacios, una relación con el público de tu a tú que incluye una dedicatoria personal.

Si bien su trabajo discográfico suena unitario sin que ningún tema destaque sobre otro, “Soleada”, es lo más parecido a un hit que tienen. Esta fue una de las más jaleadas por el público y le acompañó un solo de guitarra juguetona de Ana, ofreciéndonos ese viaje por el paisaje árido que trasmite su primera entrega. “Cuando el sol de ayer me levantaba, tu pelo canela me hace ser, pero todo aquello se ha acabado, y ahora queda la tristeza del después” es una estrofa que podría ser de Jeanette sin lugar a dudas. Este “Sol de Ayer” cantado a dos voces fue una delicatessen que nos tenían reservado y la medida de lo que son capaces de trasmitir en un escenario sin más artificios que sus guitarras y voces entrelazadas . Por si hay alguna duda de que no somos capaces de localizar las referencias por las que se mueven, ellas mismas se encargan de realizar un puente con el “Soy Rebelde” de la propia Jeanette. Una preciosidad.

“Noche iluminada” fue el momento de mayor subidón del concierto con el ritmo gipsy techno-pop en el que se las ve disfrutar y hacer disfrutar al público. Con “Canción de despedida” valga la redundancia se despedían de su público pamplonica en un concierto de mucha elegancia que fue un viaje por los terrenos de la canción de décadas pasadas pero actualizando el sonido. Un lugar donde mezclan sus personalidades con las de Vainica doble, Cathy Claret o Jane Birkin . Con estas alforjas y la manera en la que defienden ese disco con tan buenos arreglos, el camino que han empezado les puede llevar a destinos mayores.

Para terminar es justo y necesario valorar la programación anual de un pequeño local como Txintxarri. Se ha convertido en el único espacio de Pamplona que apuesta por los artistas emergentes de verdad dentro del indie nacional , dándonos la posibilidad de escuchar aquellas bandas que están en un círculo minoritario pero con un contenido interesante como para dar el salto a escenarios más grandes. Que dure, esta temporada y las que vengan.

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