Snowpiercer. Rompenieves
Cine - Series / Graeme Manson

Snowpiercer. Rompenieves

6 / 10
Jan Romaní — 29-05-2020
Empresa — TNT/ Netflix

Bong Joon-ho es un fenómeno mundial tras su éxito con “Parásitos” en la última edición de los Oscars y ahora todo el mundo quiere subirse a su tren. De aquí que Netflix haya estrenado “Snowpiercer”, una serie producida por TNT basada en la película homónima del director surcoreano, que a su vez se inspiraba en “Le Transperceneige”, una novela gráfica de los franceses Jacques Lob y Jean-Marc Rochette. Joon-ho usó la idea del tren que divide en vagones las distintas clases sociales para elaborar una crítica del sistema, pero, con tan solo dos capítulos disponibles en Netflix, ya vemos que la serie va por otro lado.

En todas sus versiones, el Snowpiercer es un largo tren diseñado por el señor Wilford cuyos pasajeros son los últimos habitantes de la Tierra tras su congelación. En la película, los habitantes de la cola viven en la profunda miseria e inician una revolución para llegar hasta el primer vagón y hacerse con el control de la máquina del señor Wilford. Esta lucha de clases también aparece en la serie, pero cuando un miembro de la cola es llevado a la parte delantera para resolver un misterioso asesinato, la investigación del caso pasa a ser el tema principal.

Es evidente, pues, que al showrunner de la serie, Graeme Manson (“Orphan Black”), no le interesa la sátira social como a Bong Joon-ho. El conflicto en este caso es mucho menos profundo pero también más entretenido, pues el protagonista interpretado por Daveed Diggs busca formas de ayudar a sus compañeros de la cola al mismo tiempo que investiga el asesinato. Ya no se trata de un argumento en línea recta del final al inicio del tren, sino de una trama más compleja que permite poder llenar más capítulos. Como también es más compleja la figura de la antagonista, interpretada por una Jennifer Connelly cuya interpretación destaca por encima de las demás.

La complejidad, sin embargo, llega en detrimento de la verosimilitud. Por un lado, el argumento cuenta con más de una conveniencia de guion para hacer funcionar el rompecabezas que se pretende crear (véase lo que ocurre con los carniceros). Por el otro, las localizaciones laberínticas hacen que uno olvide que todo ocurre dentro de un tren y algunos espacios son tan grandes que parece que hasta a los mismos creadores se les haya olvidado. Quién sabe si el desarrollo convulso de la serie con el despido del showrunner Josh Friedman y la posterior marcha del director Scott Derrickson debido a “diferencias creativas” tiene algo que ver con estos fallos.

En definitiva, trasladar “Snowpiercer” a la televisión no parecía a priori una mala idea, pues es un concepto lleno de posibilidades y, al contrario que en la película, en la serie hay tiempo de sobra para desarrollar a fondo los personajes. Sin embargo y hasta el momento, este nuevo “Snowpiercer” ni nos sumerge en los personajes ni nos sumerge en la temática social. Es una serie que apunta a una falta de profundidad que usará el éxito de la marca Bong Joon-ho y una trama al estilo Agatha Christie para enganchar a muchos consumidores de Netflix y, probablemente, entretenerlos hasta una segunda temporada ya confirmada.

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