Nos vemos en otra vida

“Nos parecía que es una historia que hay que contar desde la ficción, por los personajes, por la cantidad de veces que pudo haberse evitado, y porque es todo tan cutre y tan chapucero, que pensamos que teníamos que hacer una serie”. La historia a la que se refieren Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo es el 11-M y, en concreto, la llamada “trama asturiana”, que relatan en su nueva serie. “Nos vemos en otra vida” se basa en el libro “Nos vemos en esta vida o en la siguiente” de Manuel Jabois, que relata las charlas de este periodista con Gabriel Montoya Vidal “Baby”, el primer condenado por los atentados... y que en ese momento tenía dieciséis años recién cumplidos.

Los hermanos, responsables de “Crematorio”, llevaban tiempo detrás de los derechos del libro y, cuando finalmente los consiguieron, les costó poco convencer a Disney+. Después de “Balenciaga”, podemos decir que la plataforma apunta maneras en la ficción nacional, algo que no vimos venir cuando se estrenaron con cosas como “La Última” o “La chica invisible”, y recurren de nuevo a una unión de talentos en la dirección (“Balenciaga” estaba firmada por Garaño, Arregi y Goenaga) . Esto se completa en guión con gente como Roberto Martín Maiztegui, Pablo y Daniel Remón y Guillermo Chapa, y con Borja Soler (responsable de la excelente “La Ruta”) encargándose del tercer episodio.

Otro nombre de lujo se ocupa de la banda sonora: Olivier Arson, a quien conocemos por sus magníficas contribuciones en el cine de Rodrigo Sorogoyen. Ya en “El Reino” su música encajaba como un guante con la vibrante narración de Sorogoyen, y aquí sabe jugar ese papel de thriller desde un papel más prudente, en consonancia con la manera en que la serie alterna esto con el drama social y familiar que se cuenta. Una muestra de lo bien que se combina esto es que, a la hora de destacar los mejores momentos de la serie, podemos hablar de escenas como las mochilas en el súper, que pone los pelos de punta sin decir nada, con la cotidianeidad bajo la que se puede esconder el horror, pero también podemos hablar de los momentos de Baby con su madre, o de Baby de baby en el poblado, mostrando realidades que, por desgracia, son también cotidianeidad para demasiada gente.

En esto es clave el reparto, claro. Pol López es el dueño y señor de la función desde la primera vez que aparece, marcándose el que es (de momento) el papel de su vida como Emilio Suárez Trashorras, pero es tremendo también lo de Tamara Casellas (que ya era con diferencia lo mejor de “El hijo zurdo”) y, por supuesto, de la revelación Roberto Gutiérrez, a quien abordaron en un McDonalds como parte de un street casting. Cuentan los responsables de la serie que Gutiérrez, ayudado por la coach María Cantuel, ya estaba diciendo al tercer día de rodaje “perdona jefe, yo es que estoy con lo técnico, pero lo que tú quieres es la emoción, ¿verdad?”. Y no, no había estado en un rodaje nunca.

El chaval consigue dar ternura, dar miedo y dar rabia en los distintos momentos de la trama y, de hecho, diría que esa voz en off sobra, sobre todo cuando ya tenemos a una versión adulta que cumple esa función, de nuevo con un intérprete a la altura como es Quim Ávila - de cuya boca sale “me arrepiento de lo que pasó, no de lo que hice”, pero cuyos ojos dicen que lo que hizo sí que le atormenta. El resto del reparto cumple también con creces, destacando a Javier Eirda, Juanma Cifuentes, Ignacio Becerril, Mourad Ouani, Jaime Zataraín y Manuela Paso.

“Nos vemos en otra vida” muestra el camino a seguir para Disney+ en sus originales españoles, y abre camino a otras producciones para tratar un episodio de nuestra Historia que la industria nacional se resiste a explorar.