Feel Good
Cine - Series / Mae Martin Y Joe Hampson

Feel Good

8 / 10
Yeray S. Iborra — 14-04-2020
Empresa — Netflix

El monólogo es muchas veces la parte a exhibir de las miserias del monologuista. Con una pincelada de ingenio, los problemas son menos problemas. Porque lo que no se ve, aquello que queda detrás de los chistes, es que todavía duele. La serie “Feel Good” muestra esa otra cara. La tragicomedia británica estrenada este marzo en Netflix tiene lo mejor del mejor stand up comedy: cercanía y un punto de sordidez.

En tan solo seis episodios, ni treinta minutos cada uno, la ficción construye al detalle todo el universo de Mae (Mae Martin). Básicamente, y no es poco, una relación incipiente con George (Charlotte Ritchie), una chica autodefinida como heterosexual que se enamora de ella tras verla actuar en un local de monólogos. Y sobre todo, las rémoras de su pasado.

La ficción genera complejidades en torno a Mae. Pone en el foco en el seno familiar y en su impacto: Mae no es insegura y de tendencias obsesivas porque sí. La joven carga consigo un hogar proteccionista que le llevó a vivir una adolescencia con algo de desenfreno, topándose con las drogas (maravillosa excusa, pasados los años, para seguir con el cerco). Los padres de Mae son otro de los fantásticos focos de la serie: madre intrusiva –genial Lisa Kudrow– y padre comodón.

La serie es paradójica desde el mismo título: no es para nada una feel good comedy. Además, habla de amor pero no lo hace desde el romanticismo, aunque se quede de él la mejor parte (hay escenas tiernísimas entre Mae y George). Pero retrata los problemas de los inicios en pareja, y más cuando estos acarrean crisis identitarias. También dirime sobre salud mental, sin victimizar. Y sin recetas infalibles: deliciosa reflexión sobre las conductas de adicción –todos tenemos de esas, haya drogas o no mediante– en uno de los grupos de recuperación a los que acude Mae. Y, sobre todo, expone la relación paterno filial sin entronizarla, cuestionando los roles de poder tradicionales.

La verosimilitud del texto es un ejercicio periodístico en sí. La gran baza de la serie es quedarse en lo pequeño pero creíble. Incluso cuando lo creíble es un poco chalado, como el personaje de Sophie Thompson, madrina de Mae en Drogadictos Anónimos, trama que muestra que hay canales disponibles para una segunda temporada (no confirmada). ¿Cómo logra la serie tanta empatía? Martin es también guionista de la ficción, lo que hace de “Feel Good” una autobiografía ficcionada. Su cotidianeidad, como en el stand up comedy, al servicio del match. Como un buen monólogo, “Feel Good” es rápida, divertida y con peso específico.

 

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