Fanático
Cine - Series /

Fanático

4 / 10
Luis M. Maínez — 17-08-2022
Empresa — Netflix
Fotografía — Cartel de la serie

Buf, se me hace difícil empezar todo esto porque conozco a gente involucrada en todo lo que rodea “Fanático” y sé de buena tinta de la ilusión, el esfuerzo y los recursos, invertidos en el proyecto, pero, simplemente, la serie no funciona. Al menos en esta primera temporada de cinco episodios carentes de guión y,  con uno de ellos en concreto, carente de sentido. No me termino de explicar qué ha pasado para que se dé luz verde a un tratamiento de la historia tan superficial y con tan pocos méritos. Nada de lo que sucede tiene lógica, empezando por lo más importante, que es el arco narrativo de Lázaro, un protagonista convertido en estrella del trap por azar y convicción que, al mismo tiempo carece absolutamente de credibilidad, algo que tiene mucho que ver con la interpretación de un Lorenzo Ferro que me ha hecho añorar esos últimos minutos antes de ver la serie, cuando no le conocía.

Si el hilo argumental es tan frágil que ha dejado mal cosidas las costuras de “Fanático”, aún más incomprensible es su relación con la escena musical nacional y el showbusiness patrio. No sé cuánto le han tenido que pagar a los grandes nombres que hacen apariciones testimoniales en la serie para ligar sus nombres, tan breve pero tan irremisiblemente al destino de la producción. No hablo de Dollar, que es sin duda el actor más convincente del elenco, sino de los breves segundos durante los que estrellas como Natos o Bad Gyal aparecen en escena. Especialmente curioso es lo de Alba Farelo, que se interpreta a sí misma validando la imagen que ofrece la serie de una industria musical a la que me daría vergüenza pertenecer en caso de ser así. Caricaturizada y deformada hasta el extremo, los trabajadores de las discográficas son perversos manipuladores, horteras, trasnochados, y sin ninguna inquietud laboral más allá de la explotación del artista. Participar de una visión así de deformada de la realidad, con managers que dicen frases como “¿Sabes cuál es la diferencia entre un terrorista y una estrella del rock? Que con el terrorista se puede negociar”, es validar el estigma que arrastra esta industria y que solo se cumple en algunas ocasiones, tan pocas como bochornosas. Otro ejemplo incomprensible es el de Alizzz, que produce las canciones lanzadas ad-hoc para el lanzamiento de la serie, y que liga su nombre a una narrativa que desprestigia la música.

El abúlico trabajo de guión no es nada comparado con el de dirección y montaje. Apenas se recuerdan imágenes memorables en una serie que precisamente juega a jugar con la épica y el desenfreno. La tensión de las escenas de tensión queda diluida entre las carencias narrativas en lo textual y lo visual. La del polvo fallido de Lázaro con la novia del difunto en mitad de la fiesta es aún peor en su ejecución que en su planteamiento. “Fanático”, en sí misma, también ridiculiza a los propios fanáticos, haciendo pasar al público joven que ha encumbrado al urban en la última década como un perro que se come hasta la basura sin saberlo diferenciar de lo gourmet. Además, “Fanático”, a nivel musical, llega tres años tarde. Los tipos de la productora, los creadores, ni conocen ni mucho menos disfrutan del mundo que retratan, y se nota. Parece que, además, no han tenido tiempo para ensayar y que todas las escenas están rodadas aprisa, lo que le faltaba a un guion lo suficientemente flojo para matar la serie por sí solo.

Se elevan, por contraste, un trabajo en la dirección de arte que sobresale frente al resto de medianías. Sí que están bien reflejados los escenarios y los ambientes, aunque los personajes que se mueven por ellos no pasen de muñecos de Playmobil. Conozco a varias personas que dejaron de ver la serie a la mitad. No es mi caso. Primero porque me da de comer. Segundo, porque no me creo que un proyecto con tan buenas recomendaciones se quede en la nada más insulsa. A Lázaro le podría pasar un coche conducido por Rosalía y C. Tangana por encima y ningún espectador se revolvería en su asiento ni recordaría qué sucedió al despertarse el día siguiente por la mañana.

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.