Better Call Saul (Última temporada)
Cine - Series / Vince Gilligan Y Peter Gould

Better Call Saul (Última temporada)

10 / 10
Luis de la Iglesia — 26-08-2022
Empresa — AMC
Fotografía — Cartel de la serie

Con una lagrimita nos despedimos de una de las mejores series del momento y es que lo que han hecho Vince Gilligan y Peter Gould con este spin-off de “Breaking Bad” es una maravilla.

Recordemos la sensación que seguramente nos dio cuando anunciaron el primer tráiler de la primera temporada de “Better Call Saul”, quizás era un «Madre mía, otro spin-off para aprovechar la nostalgia». No obstante, me gustaría que fuésemos aún más atrás cuando “Lost” dominaba el mercado y los creadores y productores de series buscaban algo para generar el mismo efecto en el público. De ahí salieron productos parecidos que no acababan de ser “Lost”, sino una especie de imitaciones en otros contextos. El mercado se estaba saturando de falta de originalidad. Ahí es cuando llegó Vince Gilligan y presentó a Walter White y a Jesse Pinkman. No era una serie convencional que se basaba en grandes misterios, giros de guión y muertes por el bien del shock value. Era una serie bastante realista con un tempo algo lento. Vince Gilligan nos demostró que tenía madera para hacer una serie sin la necesidad de grandilocuencia en su tensión narrativa y nos iba atrapando a cada capítulo.

Ahora volvamos al punto en el que nos habíamos quedado, anuncian el spin-off, la mayoría, en la que me incluyo, nos pensábamos que era otro come-tiempo. Y no. Vince Gilligan, junto a Peter Gould, nos volvió a sorprender con una, y lo escribo con el corazón en un puño, de las mejores series de la historia de la televisión. Había algo magnético en su tempo realista, similar al de “The Wire”, algo increíble en los planos perfilados después de la experiencia que habían obtenido los creadores con “Breaking Bad”, un mimo delicioso por las metáforas cocinadas a fuego lento y los personajes más redondos que jamás he visto. Chuck McGill (Michael McKean) y Lalo Salamanca (Tony Dalton), los villanos perfectos, se unieron a un cast que ya conocíamos y en el que no nos importaba profundizar. Además, jugaron muy bien la única debilidad que podríamos haber encontrado en esta serie, el saber cómo acabarían la mayoría de ellos, pues ya no era necesario ponerlos en riesgo para que temiésemos por sus vidas; solo trabajarlos, construirlos, moldearlos y enamorarnos.

Y si no he mencionado a Kim Wexler (Rhea Seehorn), la mejor (palabra que parece que repito hasta la saciedad) personaje del medio audiovisual de los últimos años, es porque la quería tener como ejemplo de lo que se ha conseguido en esta serie. Comienza como un personaje secundario, que parece más un interés amoroso casual, pero su manera de llevarse al límite y de luchar por lo que le gusta la convierte en el corazón de la serie y el alma que Saul Goodman ha estado buscando. A través de un “mostrar, no decir”, esta actriz que era casi desconocida nos presenta un personaje frágil, fuerte, salvaje, comedido, vulnerable, imbatible y pasional, en definitiva, humano. Ella y su relación con Saul Goodman la que nos ha llevado a lo que nos ocupa hoy: esta desgarradora y brillante última temporada.

Sabíamos cómo acababa Saul Goodman tras haberse despedido de Walter White, pero no conocíamos su pasado, ni su futuro. A lo largo de las temporadas hemos visto su lucha por definirse como Jimmy McGill o Saul Goodman, dos versiones de sí mismo siempre en conflicto, pero no es hasta en estos últimos episodios que hemos podido disfrutar de la redondez de la evolución de este personaje. Siempre enfrentado por sus ambiciones personales y por el amor de su vida, Kim. Por eso creo que esta historia está tan bien cimentada, por eso he hablado de la serie en general, porque este final no tendría sentido sin el amor incondicional que han tenido los involucrados en la creación y desarrollo en este spin-off.

Spin-off nos suena a serie de segunda mano. Ya podemos decir que no, pues durante toda la serie me he hecho la gran pregunta: «¿lo que estoy viendo es mejor que “Breaking Bad”?». Habrá sus detractores, pero opino que sí. “Breaking Bad” era un ejercicio de creación de personajes e intriga, “Better Call Saul” es lo mismo y, aunque tiene menor tensión, el subtexto y el estilo son la culminación de la obra de Vince Gilligan.

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