El primero que subió al escenario fue Ghostly Enemies, proyecto que llegaba desde Bar
El primero que subió al escenario fue Ghostly Enemies, proyecto que llegaba desde Barcelona de la mano del productor y Dj Steven Sánchez, fundador de Zeroocho Records. Acompañado por la excelente voz de Juanjo Pedro de Nitoniko, el dúo envolvió a los asistentes con sus sonidos densos y oscuros. Ritmos downtempo y atmósferas cósmicas de IDM, con un correcto desarrollo que dejaron un muy buen sabor de boca en Bilborock.
Con Malachi Estereo la calma se fue al carajo. El trío barcelonés firmó una impresionante actuación que no dejó indiferente a nadie y se llevó el primer premio sin la más mínima duda entre los presentes. El escenario era una locura con una batería electrónica golpeada por uno de los componentes dando saltos de pie, un guitarra alocado y en movimiento constante, y el vocalista dejándose la vida en cada grito. Electropunk irreverente con mensajes claros y provocadores como “Quiero drogas para no dormirme...” o “Yo quiero ser una estrella del rock...”, incluso “nenas gordas venir hacia mi, os voy a sudar amor” en un tema muy funk, uno de los muchos estilos a los que mutan. El final no pudo estar más a la altura de su actuación: el sonido se fue de repente en la parte final del último tema, con el trío sin apenas fuerzas, descamisados y rendidos, con la gripe que padecían sirviéndoles de perfecto acompañante para su loca actuación. Una propuesta divertida, ruidosa y muy bailable que convenció a público y jurado.
La difícil papeleta de sustituir en el escenario a la banda barcelonesa fue para BassBoss. El productor asturiano ofreció un “live” marcado por los sonidos ambient, Experimentales, IDM, techno y bassmusic, entre otros. Sin duda una propuesta interesante y bien trabajada pero que no logró calar tanto tras el vendabal de la actuación previa, mucho más resultona y amena para los asistentes.
Cerraron la velada los bizkaitarras Evil Pink Machine, proyecto del bizkaitarra residente en Londres Igor Delgado Martín que presentó su propuesta de sonidos lo-fi y electro-rock acompañado de una bajista y un teclista, formando un trío instrumental con base electrónica. Una propuesta que le faltó un poco de chispa y contundencia en el sonido. Algo normal debido a su juventud y al hecho de ser su primer directo. Sin duda Igor tiene buenas ideas, toca todos los instrumentos en sus grabaciones (guitarra, saxo, batería, etc.) y tiene una voz característica, por lo que es cuestión de tiempo que en directo logre dar con la tecla adecuada para alcanzar el sonido que consigue en estudio.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.