Excelente nivel en el Villa de Bilbao 2015 en sus tres modalidades
Especiales / Concurso Villa De Bilbao

Excelente nivel en el Villa de Bilbao 2015 en sus tres modalidades

Josetxo Rio-Rojo, Unai Endemaño y Martin Ochoa — 18-11-2015
Empresa — Ayuntamiento de Bilbao
Fotografía — Rafa Robledo y Unai Endemaño

Para redactar un breve resumen sobre lo acontecido este año en el Villa, y antes de pasar a valorar la forma en la que se ha desarrollado la mayor parte del certamen, es necesario poner el acento sobre el par de nombres que han aparecido en todas las quinielas, y que hasta el último momento, han sido invocados como claros favoritos para alzarse con el trofeo a la mejor banda metálica. Me estoy refiriendo, claro está, a Manipulation y a The Flying Scarecrow (en la foto).

El resto de la competición de este año se ha desarrollado dentro de los términos habituales en los que viene celebrándose desde hace más de dos décadas. Un buen numero de conjuntos pujantes que comienzan en esto de la música, y cuyas tablas aun están por determinar, batiéndose para escribir su nombre entre el ilustre elenco de combos que han ido triunfando a lo largo de los años.

Uno de esos conjuntos que logro alzarse con el trofeo cuando aun andaban en sus inicios, sería el encargado de abrir el festi de este año, a modo de invitado de honor. De esta manera el pistoletazo de salida virtual lo darían los vizcaínos Rise To Fall, cuyos miembros forman también el eje central que compone The Flying Scarecrow, por lo que en cierta manera, inauguraron y clausuraron el certame

El resto de la competición de este año se ha desarrollado dentro de los términos habituales en los que viene celebrándose desde hace más de dos décadas. Un buen numero de conjuntos pujantes que comienzan en esto de la música, y cuyas tablas aun están por determinar, batiéndose para escribir su nombre entre el ilustre elenco de combos que han ido triunfando a lo largo de los años.

Uno de esos conjuntos que logro alzarse con el trofeo cuando aun andaban en sus inicios, sería el encargado de abrir el festi de este año, a modo de invitado de honor. De esta manera el pistoletazo de salida virtual lo darían los vizcaínos Rise To Fall, cuyos miembros forman también el eje central que compone The Flying Scarecrow, por lo que en cierta manera, inauguraron y clausuraron el certamen. Un autentico triunfo para la formación, se mire por donde se mire.

Desde ese primer día que comentamos, ya les cogimos la matricula a los polacos Manipulation, una banda de Death Metal técnico que no se anda con zarandajas sobre el escenario, que recuerda poderosamente a los mejores Decapitated y que dejaría con la boca abierta a todo el BilboRock allí presente. Poco podrían hacer ese mismo día, los gallegos Dysnomia, quienes ejecutarían un correcto e inofensivo Death mélodico, que acabaría palideciendo en comparación de la firme contundencia de los polacos.

El par de días siguientes no nos aportarían ninguna sorpresa que pudiese hacernos olvidar la temible estampa de los Manipulation, con mención especial para los combativos Etorkizun Beltza, quienes oficiarían demasiado nerviosos su clasicote metal ochentero, pero dejarían un par de pinceladas de nivel, en medio de un certamen tan exigente como el Villa. El mismo día se batirían con los Power Metaleros Cain´s Destiny, quienes no lograrían mover a la audiencia, de la forma en la que sus veloces tiempos perseguían.
Por el camino quedarían también los gallegos Desalojo, poseedores de cierto regusto a los viejos Koma, con letras trabajadas y cierto parecido con los mejores Marea, aunque francamente fuera de lugar para el certamen metálico. Estos competirían el mismo día que los Holly Brandy, otra formación que yo hubiese dejado para el apartado Pop Rock del concurso, demasiado light como para batirse con monstruos como Manipulation.

El punto de inflexión absoluto llegaría el dieciséis de Octubre, fecha en la que dos de los conjuntos que a la postre llegarían a la final, afilarían cuchillos sobre las tablas de la vieja iglesia rockera. Niketz primero, con su metal con Eusko label, innegablemente influido por Berri Txarrak y poderosamente ejecutado y The Flying Scarecrow, quienes presentarían por segunda vez en la vida, sus temas sobre escenario alguno.

La impresión general, una vez concluidos los del espantapájaros volador, sería espectacular. Una sala entera convencida y enamorada de una banda en la que el talento de Dann Hoyos y la carismática voz de Aimar, se unen al solvente núcleo que forman los Rise to Fall involucrados. Un auténtico dream team ejecutando metal moderno y pegadizo, elegante y a menudo un poco grunge, que recordaría sobremanera el primer álbum que grabaron los No Drama hace unos años.

Las rondas semifinales concluirán con la exhibición grindcore de los inclasificables Matutano, un conjunto difícil de tomarse en serio la mayor parte de las veces, pero que sin duda consigue impactar en todos y cada uno de los seres humanos que tienen la suerte de presenciarles. Su gutural performance contaría con mascaras mexicanas y hasta una colaboración estelar por parte del colega Roberto Ramos Revilla. Tripe R para los amigos.
El punto Folk Metalero lo aportarían los catalanes Drakum, quienes ofertarían en Bilbao el repertorio entero de tópicos que sobre el estilo han ido adhiriéndose a los largo de los años. Violín, gaita, cantante en ropaje similar a cota de malla y tiempos que parecen fusilados a Finntroll, apuntases a donde apuntases. Sin nada nuevo que ofrecer, dentro de un estilo saturado.

La final por último, nos traería con cordura, a los tres conjuntos que habían demostrado una mayor solvencia a lo largo del certamen entero, dejando claro un año más, que el criterio de los jueces del Villa, continua siendo razonable como poco. Tan razonable como resulto ser la actuación de los primeros en batirse sobre las tablas, los Niketz vizcaínos, quienes actuarían con el mismo desparpajo que habían mostrado en las semifinales, sin que por desgracia para ellos, fuese suficiente como para que superasen el par de huesos duros que tenían frente a ellos.

Los Manipulation primero, quienes volverían a destrozar la iglesia con su Death Metal inapelable, mostrando una técnica y suficiencia parejos a los que solemos contemplar en bandas muchísimo más veteranas. Para gran parte de los aficionados serían los vencedores virtuales del certamen, habiendo conseguido hacerse un hueco en el corazoncillo de los aficionados más extremos del botxo. No cabe duda de que les volveremos a ver teloneando a alguna formación puntera en los próximos años, ya que su potencial resulta demasiado evidente, como para que quede oculto en su Polonia natal.

Finalmente, y tras mil y un consideraciones sobre cual iba a ser el resultado final, saltarían los del espantapájaros al ruedo bilbaíno, ofreciendo un espectáculo un poco más trabado que el que les pudimos ver en las semis, pero sin dejar de mostrar el ramillete de virtudes que adorna la formación. Guitarras experimentados y muy técnicos, base rítmica medida para dejar que la voz de Aimar, se luzca a cada surco que sea posible. Triunfarían con muy poca distancia de ventaja respecto a los polacos, pero triunfarían de todos modos.
Su mejor momento, curiosamente, vendría cuando les habían otorgado el premio, y se decidieron a hacer un bis desenchufado y sin batería, ya que su batera había tenido que pirarse corriendo a otro bolo. En ese último suspiro se mostrarían seguros y confiados, muchos más fieles a la espectacular banda que pudimos contemplar en las semis, y demostrando el enorme carisma que atesora su cantante a poco que le dejen brillar. Nos despediríamos de esta manera, hasta el años que viene del mítico concurso bilbaíno.

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