Veinte años de 'Vicios y Virtudes', el disco que cambió el rap en España
Especiales / Violadores Del Verso

Veinte años de 'Vicios y Virtudes', el disco que cambió el rap en España

Alfonso Gil Royo — 21-12-2021
Empresa — Rap Solo / Boa
Fotografía — Carátula del disco

Preguntes a quién preguntes, “Vicios y Virtudes” (Boa Records, 01) está en el Top5 de discos de rap español. Y si alguien no lo ve así seguramente sea porque no vivió el momento de lanzamiento de este álbum.

"Vicios y Virtudes" fue un punto de inflexión, “la confirmación de que Violadores del Verso era un grupazo y que lo de "Genios" no había sido casualidad” resume R de Rumba, con quien hemos hablado para recordar los 20 años del nacimiento de este disco.

Hace dos décadas la escena del hiphop era diferente, era precaria y escasa. Hacer una gira nacional o tocar fuera de tu ciudad era un lujo que pocos grupos de rap podían ni si quiera soñar. Pero Violadores del Verso era uno de esos pocos grupos; su álbum "Genios" había supuesto una revolución en el rap español y se esperaba su segundo disco con una mezcla de esperanza y miedo. Y no defraudaron. “Vicios y Virtudes” modernizó la forma de entender el rap, con unos códigos y un sonido propios, que hicieron que Doble V rompiese barreras inalcanzables hasta entonces para un grupo de hiphop en España.

“Para nosotros significó consolidarnos como un grupo hecho y derecho. Demostrar que lo que había pasado con Genios y otros singles y maxis no era una anécdota, y nos sirvió para explotar tanto en la escena hiphop como en la música en general. Comenzamos a hacer conciertos más grandes y demostramos que no fue cosa de un disco, sino que había buenas letras y música, y que éramos una apuesta de futuro”. El que habla es R de Rumba, uno de los grandes causantes de este éxito. Si Violadores sonaba como sonaba era en gran medida a sus instrumentales. Rumba es considerado el arquitecto del sonido de VdV.

"Tardamos como 5 años en volver a hacer un disco porque fue una gira super larga, no parábamos. Salían bolos continuamente porque el disco gustó mucho"

De sus manos nació un disco redondo, un trabajo conceptual del primer al último tema y donde el término HipHop de imponía sobre todos lo demás al analizarlo canción a canción. Desde la intro, con ese sonido de hielos tan característico y aquel "No puedes competir con los que inventaron tu estilo", ya se te empezaba a erizar el vello. Introducía una de las mejores canciones que hizo nunca el grupo, “Vicios y Virtudes”, con un estribillo hipnóticamente pegadizo. Tras ello Lírico demostraba estar en el mejor momento de su carrera con un “Marrones, morenas, coronas” donde derrochaba estilazo por los cuatro costados. Y preparando el terreno para una de las mejores canciones que ha hecho nunca Kase-O: “Trae ese ron”. Javier Ibarra se puso serio para crear este corte donde la crítica política y el vacile nos demostraban que estábamos ante un rapero diferente a los demás, con un dominio de la métrica y de la voz que no se había visto hasta el momento. “No es ningún trofeo noble” nos bajaba un poco las pulsaciones, con una instrumental sobria y lenta que daba paso a “Tu y tus historias”, donde Rumba reclamaba su parte de protagonismo con un interludio en el que creaba una conversación a base de samplers. Kase y Lírico ya habían tenido su “A solas con un ritmo”, así que ahora le tocaba el turno a Hate, quien se acompañó de Nafamacho para dar vida a “No pasa nada” en una canción que además servía para mostrar respeto por el grupo pionero del rap español, CPV.

Y así llegamos al ecuador del disco, puesto que ocupa una “Modestia aparte” que, si bien nunca fue considerada una de sus históricas canciones, era una de las que mejor funcionaba en directo. Y que daba paso a otro de los grandes hitos de la carrera de Kase-O: “Ninguna chavala tiene dueño”. Poco que decir, un derroche de sensualidad y poesía callejera por parte de un cantante que cada vez que cogía el micro subía el pan. Aún hoy se sigue escuchando en todas las playlists de rap. Buenas canciones como “Cerdo agridulce”, donde Sho-hai explotaba todas sus caulidades, quedaban injustamente eclipsadas por un Javier Ibarra que volvía a salirse en “Que te importan todos los demás”, la canción más política y reivindicativa del disco. “Suizaragoza” (feat Gran Purismo”) nos devolvía ese sonido funkero que nos recordaba más a Genios, una sensación que se corroboraba en “Capricornio”, la última canción con solistas del disco. Y es que los dos últimos tracks son dos de los mayores clásicos creados nunca por Doble V. “Por honor” es un derroche de energía y fuerza, reforzado con la aportación de un gran Mr Rango y su portentosa voz. Mientras que “La ciudad nunca duerme” es una de esas canciones que te hace introducirte en la subcultura (si es que se le puede llamar así) de Violadores del Verso. Es de esas canciones que crean la identidad de un grupo. Tanto que llegaron a abrir un bar con ese nombre en su Zaragoza natal.

A partir de “Vicios y Virtudes” tuvimos una presión extra porque sabíamos que la gente esperaba mucho de nosotros"

Un total de 15 canciones llenas de buenos ritmos, frases, estribillos, y un sinfín de detalles sobresalientes. Cada cual se fijará más en una cosa. Incluido Rumba, quien también tiene sus aspectos preferidos del LP: “Era un momento en el que ya sabíamos hacer mejor las cosas. Teníamos nuestro pequeño estudio, y yo personalmente ya trabajaba con samplers mejores y aparatos más profesionales. Ya existía el sonido puro de Violadores. Es un disco crudo, con pegada, y con su toque funk. Hay canciones muy buenas” asegura el productor. Y reconoce que “uno de los temas que más nos gustaba era “No es ningún trofeo noble”. No se consideraba un gran hit pero a nosotros nos flipaba”. Sin duda fue un disco especial en la carrera de Violadores, también en el aspecto emocional: “con mención especial para nuestro amigo Jota Mayúscula. Siempre había una producción suya en los discos de Violadores y en este hizo una base increíble para “Qué te importan todos los demás”. Y también para Tania Ballester, ella tuvo la idea de hacer “Tu y tus historias” y puso la voz, y desgraciadamente ya no está con nosotros. Gracias a los dos por lo que aportasteis a este disco”.

Entre todos crearon un álbum inolvidable y puede que insuperable (sobre todo en las circunstancias en las que se creó) incluso para ellos mismos. Y llegados este punto, uno se pregunta ¿cuál era realmente el secreto de Violadores del Verso? Sería demasiado sencillo decir que talento y trabajo. Los hubo, pero siempre dio la sensación de que su fuerte era el equipo que crearon. Shohai aportaba el carácter divertido, desenfadado; Lírico el racional, más matemático y científico; y Kase-O el poético y reivindicativo. Y gracias a eso sus canciones y discos huían de ser planos y aburridos, y estaban llenos de matices y subidones. Cada frase era importante. Eran tres personalidades bien distintas que a su vez formaban una sola. Amén de la elegancia, el vacile, la chulería; eso residía en los tres.

El sonido también supuso toda una revolución en la época. Había otros grupos buenos de rap en ese momento, pero ninguno sonaba como Violadores. Ni en disco ni en directo. Y es que fue ahí, en los conciertos, donde el grupo alcanzó su cénit. Sus directos se convirtieron a partir de este disco en algo fundamental si te gustaba la música alternativa. Salías afónico y con tortícolis de un concierto de Violadores del Verso. Se convirtieron en cabeza de cartel de casi todos los festivales importantes del país. Y no sólo de rap, en festivales de todo tipo, siendo el primer grupo que lo lograba. Tal fue el éxito de sus conciertos que se convirtió en el primer grupo de rap en grabar uno de ellos, el de la mítica sala madrileña Aqualung, que quedará para siempre grabado en el DVD de aquel “Tú eres alguien/Bombo Clap”. Era el momento de mayor esplendor del grupo: “y se reflejaba en la cantidad de conciertos que hicimos. Tardamos como 5 años en volver a hacer un disco porque fue una gira super larga, no parábamos. Salían bolos continuamente porque el disco gustó mucho” recuerda contento Rumba.

Nada podía con ellos. Sólo la marca de whisky Doble V les venció y les obligó a cambiar de nuevo el nombre del grupo. Pero era el momento más álgido para el grupo de rap más completo que ha tenido nunca la escena española. “Genios” sentó las bases, “Vicios y virtudes” las respetó con un sonido más oscuro y crudo y “Vivir para contarlo” continuó la evolución siendo fiel al estilo. Ellos eran conscientes y lo aprovecharon, superando todos los logros conseguidos hasta entonces en el rap nacional. “A partir de “Vicios y Virtudes” tuvimos una presión extra porque sabíamos que la gente esperaba mucho de nosotros, aunque creo que con “Vivir para contarlo” estuvimos a la altura. Pero en la época de “Vicios y Virtudes” absorbíamos de todo musicalmente, éramos esponjas, sin duda fue el momento donde dimos un paso al frente como grupo”.

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